1. Observando a Ana en el garage


    Fecha: 22/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Sexo Interracial Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Esa tarde de sábado estaba sentado en mi escritorio, cuando mi adorada Anita regresó del gimnasio.Me sopló un beso desde la puerta y dijo que iba a darse una ducha caliente.Una hora después me sorprendí de no poder oírla dando vueltas por la casa y entonces salí un poco intrigado de mi estudio a buscarla.Finalmente encontré a mi esposa en el garage… pero no estaba sola allí…Mi delicada Ana estaba desnuda de la cintura para abajo allí; doblada sobre el baúl de nuestro auto. Estaba con su firme y redondo trasero expuesto frente a dos enormes hombres negros…Reconocí a uno de ellos como Aaron, su entrenador personal en el gimnasio. El otro era más joven y también bastante musculoso. Sus torsos desnudos y sudorosos brillaban en la oscuridad del garaje cerrado. Pude ver que ambos estaban bien dotados además, porque tenían sus pantalones de gimnasia por las rodillas y se masajeaban sus tremendas vergas negras para hacerlas endurecer…“Voy primero; Charlie…así te muestro cómo coge esta puta blanca casada…”Entonces el tal Charlie se movió a un lado y ese negro hijo de puta de Aaron se ubicó detrás de los muslos entreabiertos de mi esposa. El tipo movió apenas sus caderas hacia adelante y pude ver que Anita saltaba conteniendo un grito y sintiendo esa serpiente masiva que la invadía la concha en solo un embate…Ana sin embargo, aulló en sorpresa y dolor, pero enseguida comenzó a moverse hacia atrás, al encuentro de esa enorme verga. Aaron entonces sonrió y comenzó a cogerla sin ...
    ... piedad, arrancándole agudos gemidos de placer con cada embestida.Charlie se acercó a la cara de mi esposa y zambulló su pija entre los labios de ella.“Veamos si esta puta blanca le gusta volver a chupar mi verga…” Dijo Charlie.Entonces supe dónde había estado mi mujercita durante la última hora; era obvio que esas dos vergas negras habían estado entre los labios de Ana todo ese rato…Anita se atragantó con la poronga de Charlie, porque era realmente muy gruesa.Mientras tanto, Aaron gruñía y resoplaba con placer, anunciando que iba a acabar en la concha bien usada y abusada de mi esposa…De repente arqueó su espalda y se quedó quieto, sosteniendo con firmeza a mi esposa por las caderas. Entonces supe que le había llenado la vagina de semen.Enseguida se salió de esa hermosa concha ahora bien lubricada…Mi esposa se quejó, diciendo que ella todavía no había podido acabar. Pero entonces Charlie puso su pesado brazo en la espalda de ella, obligándola a inclinarse otra vez sobre el auto. Observé cómo esa gigantesca verga negra se deslizaba entre los labios vaginales de Anita, con extrema velocidad y con mucha facilidad…Ella gritó otra vez con dolor; esa verga era todavía más gruesa que la de Aaron…El joven Charlie resultó ser una verdadera máquina de sexo. Sus embestidas eran mucho más duras que las mías. Podía escuchar el sonido de sus bolas chocando contra la humedecida concha de Ana, haciendo echo en el garaje; aunque no podía ocultar los gemidos de ella.Los fluidos vaginales de mi ...
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