1. El Día que fui Sumisa


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... por allí). Estaba un poco molesta por su propuesta. Omar estaba ahora encima de mí, yo tirada encima de la cama, y él, besándome por todo mi cuerpo, me suplicaba y rogaba a que accediera (me gustaba que suplicara). Entre tantos besos y caricias, terminé aceptando (aunque no quería hacerlo por el ano). Le advertí a Omar que si me sentía incomoda, me dolía o no me gustara, lo dejaríamos. Él acepto. Me dijo que me pusiera en la pose de perrito, y lo hice, mis manos estaban apoyadas sobre la cama, estaba un poco nerviosa. Comenzó besándome, desde la espalda, fue bajando poco a poco hasta mis nalgas, las manoseaba; y con las manos, las estiraba. Comenzó poco a poco a abrirme el ano, besándome y lamiéndome con su lengua alrededor de mi culo. Introdujo en mi ano su dedo índice lentamente, mientras con su otra mano, intentaba separar mis nalgas para abrirme el culo. Sentía mi ano muy estrecho. Poco a poco el dolor se hacía presente, fue sacando y metiendo su dedo índice en mi culo, estuvo así por un rato. Yo comenzaba a sentir dolor y a gemir, le decía a Omar: ¡hazlo con suavidad por favor, ahh! Sentía placer cada vez que Omar seguía metiendo y sacando su dedo de mi culo, cerraba mis ojos y los abría (quizá nerviosa por el dolor que sentía, pero satisfecha por el placer que Omar me daba). Sentí que mi ano estaba abriéndose un poco más, Omar seguía sacando y metiendo su dedo. Después de un rato y al sentir que mi ano estaba más abierto, y ya no pudiendo soportar el dolor, le ...
    ... supliqué a Omar que parara. Me dijo que aguantara un poco más. Me pregunto que si ya estaba lista. A pesar del dolor, le dije que sí, pero que lo metiera con cuidado. Con ambas manos, Omar abrió mis nalgas y las mantuvo así por un rato (sentía que mi ano estaba bien abierto), apuntó la punta de su pene que volvió a estar tieso hacia mi culo, apretándolo hacia mi poco a poco hacia mi interior, mientras sus manos, abrían mis nalgas. Sentía que me partían en dos. Fue empujando su verga hacia mi culo, la intentaba meter con suavidad, la metía y sacaba lentamente; yo sentía que entraba cada vez más y el dolor aumentaba; por eso le dije a Omar que ya no quería seguir, que sacara su pene de mí. Omar no hacía caso a lo que le decía. Sentía que su verga estaba bien erecta, me pareció más grande que cuando tuvimos sexo anteriormente, y poco a poco la fui sintiendo más y más adentro de mi culo. Omar empezó a moverse más y más rápido, hasta que insertó toda su verga en mi ano, grité; y a pesar que me dolía, le pedí que me la sacara, me la apretó con fuerza su verga sin soltarme, me sujetó con sus brazos acorralándome la cintura; yo comenzaba a gemir y daba algunos pequeños gritos de dolor. Le decía a Omar: ¡sácala, me duele, sácala...! Omar me decía: ¡ya está, tranquila, relájate! Luego, comenzó a moverse, me metía toda su verga, primero lentamente, luego poco a poco, más y más rápido; el dolor seguía y el placer comenzó a aumentar (sentía que me destrozaba el ano). Poco a poco y con los ...