1. En la red


    Fecha: 25/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... alta, y bien musculada. Jessi, una danesa de más de treinta, morena y de ojos verdes, hablaba algo de español, y 4 chicos más que describiré más adelante. Todos lucían ya una capa de sudor considerable sobre la piel a la que se suporpeonía en muchgos casos salvo en la de Jessi, una película de aceite protectos solar. Los minutos fueron pasando entre continuas risas en un ambiente jocoso en el que me costaba algo integrarme. Era evidente que algunos llevaban unas cervezas de más. El nievel de juego no era demasiado exigente, lo cual agradecí. Algunos de los chicos celebraban los puntos de una manera un tanto efusiva entre ellos, y qué deciur de con sus compañeras de equipo. Karen, bastante alegre, hacía esfuerzos, entre risas contenidas para desembarazarse del empalagoso italiano broncesado que tenía un metro por delante. En el otro equipo había más chicas que chicos y dos de ellas lucían sus orgullosamente sus pechos al sol del mediodía. Sus cuerpos embadurnados en arena y sudor contribuían a calentar el ambiente conforme pasaban los minutos. Sonia se fue a comprarse un helado al chiringuito más proximo Pero no fue hasta que ganamos el segundo set cuando Marcelo se me abalanzó y me cogió en brazos zarandeándome para cantar victoria. Todos gritaban y sus dedos vertiginosamente se enredaban por debajo del elástico de mi short. Hice ademán de querer desembarazarme de Marcelo, cosa que no fue posible hasta que me liberó él mismo de su abrazo poderoso no sin antes darme un beso ...
    ... en la mejilla. Me sentí algo incómoda y por momentos pensé en buscar una excusa para irme, pero antes de encontrarla ya estaba el juego de nuevo en marcha. Aprovechando que el baló salió despedido tras un servicio largo, al otro lado de la red dos chicas aprovechaban para jugueterar con los Manu, un moreno sevillano de 25 años, enseñándole sus traseros en una actitud yo diría que poco decorosa. En un momento él sujetó por las caderas desde atrása la más bajita y escenificó en 20 segundos una escena digna de una película no apta para menores. Las tetas de Luzy se balanceban al ritmo de las actuados golpes de pelvis de Manu. A un lado estaban las dunas cubiertas de arbustos, al otro , a más de 40 metros algunas personas tomando el sol y ya a más de cien metros la orilla del mar. Al fin se libró de sus garas, no sin antes llevarse un sonoro azote en su gluteo derecho que todos oímos. Su pene estaba erecto bajo su slip azul, pero nadie parecía inmutarse. Ella, no si en además de simulado recato salió corriendo sin dejar de sonreir y se pasó al otro lado de la red, apuntándo a Manu con su dedo indice en ademán de reproche. El respondió balanceando sus dos manos tal como las tenía mientras sujetaba sus caderas. Todos sonrieron, hasta yo esbocé una leve mueca, más que nada, lo reconozco, para no desentonar. Seguimos jugando y fue entonces cuando la misma Luzy detuvo el juego, aprovechando que tenía la pelota en su poder, algo que no sucedía con frecuencia, para proponer que todas las ...