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Anita en manos de un mozo de restaurante
Fecha: 25/06/2018, Categorías: Sexo Duro Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Un sábado cualquiera Anita sugirió ir a cenar afuera y después tomar una copa en alguno de esos bares de moda.La esperé ya listo en el comedor y ella apareció con un vestido color rojo muy escotado y exageradamente ceñido a su escultural cuerpo. Además era bastante corto y dejaba ver sus torneadas y largas piernas.La verga se me endureció en dos segundos y tuve que contenerme para no arrancarle ese pequeño pedazo de tela roja y cogérmela allí mismo sobre la alfombra…Ese vestido, combinado con unas botas negras, le daba un aire de diosa inalcanzable que me dejó loco.La cena transcurrió con muchas risas y miradas cómplices. Un buen vino acompañó la velada y provocó que mi sensual mujercita perdiera toda la inhibición que le quedaba tras varias copas…Ta tenía loco al mozo; un chico que apenas pasaba de los veinte años, pero que no perdía ocasión de acercarse con cualquier excusa para deleitarse con el escote de Anita. Ella lo había notado y le encantaba ese juego perverso, facilitándole una buena vista.“Ese pibe está loco con tus tetas…” Le susurré, para jugar un poco.“Te parece…? Pero si es un nene apenas…” Sonrió Anita.“Es un nene, pero lo estás calentando mal…” Agregué sonriendo.“A vos te encanta que lo caliente así…no?” Susurró con suavidad, mientras se mojaba los labios sutilmente con la lengua.“Te lo cogerías delante de mí…?” Le pregunté ahora más serio…“Ahora vuelvo…• Respondió Anita, mientras se levantaba de la mesa y se dirigía a los baños. Observé que el mozo no ...
... la perdía de vista ni un instante haciéndole una radiografía completa al magnífico trasero redondo y firme de mi mujercita.Pasados unos minutos volvió a aparecer y no pude evitar quedarme con la boca abierta mientras se acercaba a la mesa.La muy turra se había quitado el corpiño y ahora sus hermosas tetas se balanceaban a cada paso de manera hipnótica. Además, sus pezones erectos se marcaban con claridad y parecían querer romper la tela del vestido rojo…“Qué pasa…? Me veo algo diferente…?” Me preguntó con malicia.Le dije que no, haciéndome el tonto.“Vamos a ver si el mozo es un poco más observador que vos…”Me dijo, al mismo tiempo que le hacía un gesto para que se acercara. El pibe enseguida se percató que mi esposa había extraviado parte de su ropa íntima; su cara enrojecida lo delató.“Voy a pedir el postre “Le dijo Ana, haciéndole una caída de ojos.“Puede acompañarme a la cocina y elige el postre que desee…”Contestó rápido el pibe, con una sorprendente seguridad. Anita también se sorprendió ante tan extraña y tentadora proposición; me miró y yo le di la aprobación.Mi sensual mujercita se alejó con el mozo y ambos se perdieron tras una puerta al fondo del restaurante. Pasaron al menos diez minutos que me parecieron una eternidad. Mil pensamientos me pasaban por la cabeza y tenía una extraña mezcla de nerviosismo y excitación.Ana reapareció y, mientras se acercaba, podía ver cómo se bamboleaban sus redondas tetas y cómo algunas miradas furtivas la acechaban. La observé con ...