1. LA PEQUEÑA DIOSA DEL SEXO, SEGUNDA PARTE


    Fecha: 29/06/2018, Categorías: Hetero Autor: leo.leoncio, Fuente: SexoSinTabues

    ... color pardo de expresión chispeante, lindos labios gruesos, tetas grandes, gordas y turgentes con un coqueto corazón tatuado entre medio de ellas y del cual Hilda no perdía vista, tenía un abdomen plano que mostraba sin problemas bajo una corta blusa blanca, y una minifalda de mezclilla que mostraba generosamente sus piernas gruesas, bien formadas, con un largo tatuaje de flor en el muslo izquierdo. La niña miraba con descaro el cuerpo de mi novia y le coqueteaba sin acobardarse y , lo mas sorprendente para mí, Camila le devolvía las miradas y la coquetería. Las cosas se tornaban raras y recordé el nerviosismo de Camila al irse. Pasada hora y media, ya habían reído, cantado, bailado y se habían dado juguetones besitos cortos en los labios, y el ambiente se había cargado de una tensión sexual evidente para la lente. Y, entonces, ocurrió. Fue cuando ambas bailaban un tema de Katy Perry, Hilda tomaba por la cintura a Cami y bajaba ondulando el cuerpo quedando su cara a la altura de su mini, y en una de esas subidas y bajadas, mi novia tomó el rostro de Hilda entre sus manos, se acercó poco a poco, abrió su boca y le dio un beso suave y lento, masajeando sus gruesos labios sobre los de la niña. Hilda se quedó quieta por unos segundos, después la abrazó por el cuello y le devolvió el beso romántico de Camila, con uno mas caliente y lascivo. Las manos de mi novia pronto bajaron a la cinturita de la niña, y después arremangaron su faldita escolar y se metieron presurosas por ...
    ... debajo del calzoncito celeste, amasando con lujuria las mullidas nalgas morenas. Yo quedé estupefacto. Por un lado el miedo de que Camila supiera que me había acostado con una niñita de 10 años se había disipado pero, jamás había pensado que ella fuera de ese tipo de mujer pues, aunque tenía un cuerpo muy rico, tenía un trato muy frío conmigo … ahora entendía porque … o era bisexual , o era lesbiana. Hilda, en tanto, le comía la boca a mi novia, masajeando, lamiendo, mordisqueando y chupando sus labios mientras ambas no cesaban de gemir bajito y de pegar sus cuerpos, uno contra el otro, refregándose cada vez con más ganas. Pasados unos minutos de esos besos calientes, Hilda se separó de ella y la quedó mirando fijamente a los ojos. Su mirada chisporroteaba de malicia y en su rostro se dibujaba una amplia sonrisa traviesa. Sin decir nada, la niña tomó su celular y colocó una canción: “Revolution” de Denisse Rozenthal, cuyo ritmo lento se hacía sensual con el timbre de voz susurrante de la cantante. Ondulando su cuerpo lentamente de un lado para otro, comenzó a desabrocharse la blusa y la dejó caer despacio desde sus hombros hasta el piso, luciendo sus tetillas rosadas y sus pezoncitos oscuros y erectos. Después dejó caer la faldita escolar pateándola hacia un costado; verla sólo con su pequeño y ajustado calzoncito celeste, pegado a su culito bien formado, era algo morboso y excitante. Hilda colocó los pulgares en la pretina de su ropita interior y se la bajó con precisa lentitud, ...
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