LA PEQUEÑA DIOSA DEL SEXO, SEGUNDA PARTE
Fecha: 29/06/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: leo.leoncio, Fuente: SexoSinTabues
... mientras ondulaba sus caderas al ritmo de la canción, y movía a boca siguiendo la letra. Una vez desnuda, levantó un brazo sobre su cabeza y puso una mano en su cintura, y siguió bailando. Su cuerpo se movía hipnóticamente, ondulándose como el de una serpiente que se acerca sigilosa a su presa, mientras jugaba con su pelo y lanzaba miradas arrogantes y sensuales. Hilda demostraba, una vez más, cómo sabía manejar la fuerza de su erotismo. Camila en tanto, no permanecía inmutable a los encantos de la niña pues, mientras Hilda bailaba para ella (como lo hizo para mí y mi amigo), había comenzado a morderse y chupar la punta de su dedo medio, a tocarse el cuello, sus manos bajaron hasta sus tetas, rodeándolas y pellizcando sus pezones ya endurecidos, siguieron bajando hasta su entrepierna, apretándola con sus manos y sus muslos, mordiéndose los labios y mirando a la niña con lujuria. Hilda se acercó a mi novia y se sentó sobre ella, la abrazó por el cuello y volvieron a enfrascarse en otra ronda de besos calientes, después de los cuales Hilda comenzó a comerle el cuello a Cami, quien echó la cabeza hacia atrás y se entregó a la hábil boquita de la niña. Ësta, además de comerle el cuello, comenzó a masajearle las opulentas tetas de mi novia por sobre su blusa, para luego quitársela con la pronta ayuda de ésta. Una vez liberadas, Hilda devoró las tetas de una forma que ni yo lo había hecho antes: se las comió enteritas, sin exagerar; las besó, lamió y chupó por encima de los ...
... pezones, entre medio de éstas, por debajo, por los lados y dejó al último los pezones. La punta de su lenguita se paseó alrededor de éstos en círculos y dejándolos bien babositos y duros, para después engullirse cada pezón y chuparlos con devoción y marcada crueldad, provocando que Camila gimiera, rugiera y se retorciera de gusto, acariciando el cabello de la niña, quien, en un momento de éxtasis, juntó ambos pechos con sus manitos y las apretó al punto de unir ambos pezones, los cuales se echó a la boca y chupó con fuerza. Mi novia, sobre excitada por ese fuerte chupón, rugió de gusto y apartó a la niña con delicadeza. Imitándola, comenzó a quitarse la mini al ritmo de la canción. Jamás pensé que Camila pudiera moverse así de sensual, así de puta. Ondulando sus caderas al tiempo que dejaba caer la mini, le fue mostrando a la niña el lindo y coqueto tatuaje de flores que lucía en su muslo izquierdo. Una vez liberada de su mini, Hilda saltó sobre ella, mordió la pretina de su calzón y se lo fue bajando, riendo traviesamente, hasta dejarla totalmente desnuda. Hilda quedó mirando fijamente la conchita a mi novia: depilada, chiquitita, limpia, babosita, de labios vaginales finos, coronada con un clítoris grueso, largo y rosado, y luciendo un tatuaje pequeño en su Monte de Venus: un angelito celeste. Como lo hizo conmigo, Hilda tomó a Cami y la empujó sobre la cama, y se tendió sobre su cuerpo. _”Estas MUY rica”, susurró Hilda, lamiéndole los labios a mi novia. _”Y tu eres una pendeja ...