Permíteme pajearte
Fecha: 30/06/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: MilkyQueen, Fuente: SexoSinTabues
... ellos, succionándolos suavemente. Pero sé que eso te desespera, entonces paso a mi plato fuerte. Entonces miro a mi presa. Lo veo animoso, listo para servir. Me acerco a él y con las dos manos comienzo a tocarlo. Acerco mi lengua húmeda a las orillas de tu glande, sé que ahí es donde sientes más rico. Con mi lengua comienzo a enjuagarlo por todos lados, y succiono la punta firme pero decidida. Siento que te mueves un rato y gimoteas un poco, pero tranquilo, sé que te está gustando. Lo tomo con mi mano derecha y comienzo a chuparlo varias veces lentamente. Es ahí donde siento que tu cadera comienza a moverse al ritmo que lo hago yo. ¿Te calienta ver cómo chupo tu verga caliente? Sí, puedo sentirlo. Siguen saliendo más y más jugos y eso me calienta más, entonces decido sostener la base de tu verga con una mano y con la otra seguir succionando. Mis dientes le dan un suave masaje a los bordes, mientras que con la lengua lo abrazo y lo mojo. Puedo sentir cómo crece dentro de mí, pero sé que eso no es suficiente. Una vez que lo he mojado muy bien, sigo escupiendo un poco sobre él porque comienzo a lustrarlo con mi mano izquierda. Al ser zurda, se me da mejor la maniobrabilidad. Acaricio tu tronco venoso y gordo mientras que con la otra mano aprieto intermitentemente. Siento como la sangre corre a través de mi pequeño amante y lo aprieto nuevamente. Me miras a los ojos como apurándome a terminar, pero todo tiene su tiempo. Con la cabeza bien lubricada, paso mi palma sobre la ...
... punta y comienzo a pasar los dedos por los bordes, como apretándolo. Mi muñeca se bambolea sobre tu glande de tal forma que parece un juego de azar, ¿cuál será mi premio? Sigo frotándolo, y veo que tu cara se ruboriza, ¿quieres sentirlo ya, cierto? Vuelvo a escupirle un poco y vuelvo a hacer un movimiento de succión entre la palma de mi mano y tu glande, veo cómo se va hinchando más y más, hasta que comienza a verse brilloso aún sin mi saliva. Lo lengüeteo nuevamente un poco y sigo frotándolo hacia arriba y hacia abajo, ahora con ambas manos. Pero siento que aún puedo ponerlo más grande. Me quito mi sostén y quedo en tetas. Sé que son regordetas, pero que tienes un fetiche por ellas. Tomo tu pene con fuerza mientras me coloco sobre ti, dispuesta a que me ordeñes. Tomas una de ellas y la oprimes con ternura, mientras que jugueteas un poco en el pezón con la lengua. ¿No te excita? A mí sí, y mientras más me calientes frotaré mejor tu verga. Tomas los pechos con ambas manos mientras te recargas contra la pared y comienzas a ordeñarlos. Recuerdo que tienes un fetiche por la leche, y comienzo a inundar tu cabeza con ideas de leche fresca saliendo de mis pechos, como si me ordeñaras, soy tu becerra, ¿recuerdas? Y mi meta es hacerte sentir bien. Mientras chupas y mamas yo froto con rapidez tu pene y siento que palpita por momentos, indicándome que es la hora de darle con todo. Lo froto con las dos manos mientras tú te aferras con fuerza a las cobijas en la cama y veo el elixir sexual ...