1. Los amigos de mi mujer (1)


    Fecha: 01/07/2018, Categorías: Hetero Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos

    ... puedes imaginar lo feliz que me has hecho, dándome tanto placer! -Cariño, yo también me siento feliz de haberte procurado un orgasmo tan placentero… creo que a partir de ahora, los juguetes eróticos van a formar parte de nuestra vida… -Sí mi vida… creo que a este "amigo" deberíamos ponerle un nombre -Y… ¿cómo te gustaría llamarle? -Carlo… ¿te gusta? -Claro…a partir de hoy, contaremos con tu "amigo"… Marta me besó en la boca, y, con su lengua, me hizo saber el mucho placer que había sentido. Permanecimos un rato abrazados, saboreándonos de tanto en tanto, con leves besos sobre nuestros labios, nuestros párpados, nuestros cuellos, hasta que dije: -Marta, he notado que has sentido algo especial, no sé… algo muy fuerte… y a mí, me ha dado mucho morbo que puedas sentir tanto placer. Yo quiero que este placer continúe, e, incluso se aumente, de manera que, si estás de acuerdo, vamos a buscar algún nuevo "amigo", que te vuelva a llevar a las puertas del paraíso… -Claro que estoy de acuerdo, cariño. He disfrutado como una loca… y quisiera disfrutar siempre así… Marta me dijo dónde había comprado el vibrador, pero, viviendo en una ciudad relativamente pequeña, me pareció arriesgado volver a comprar más juguetes en la misma tienda de nuestra localidad. Además, no tenían mucho surtido donde escoger, según me dijo… Nos levantamos y me puse al teclado del ordenador. Busqué tiendas de juguetes eróticos ubicadas en nuestra provincia, y encontré una, en una ciudad ya un poco alejada de la ...
    ... nuestra. Casualmente, debía visitar esa ciudad por razones de trabajo, así que, se me ocurrió que era una buena excusa para hacer la visita juntos… y de paso, visitar la tienda de juguetes, en busca de algún nuevo "amigo". Preparamos la visita para la semana siguiente, reservando habitación en un hotel. Llegado el día, hicimos la maleta sin olvidarnos de nuestro amigo Carlo. Y nos pusimos en marcha. La verdad, es que estábamos un poco nerviosos, por lo que tenía de novedoso lo que estábamos haciendo, Parecíamos adolescentes, que se estaban fugando de casa. Llegamos al hotel, y, tras los trámites preceptivos, nos dirigimos a los ascensores. Nada más subir al ascensor, Marta, un poco excitada, me propinó un beso de tornillo en la boca, mientras subíamos a la habitación. Antes de detenerse el ascensor en nuestro piso, Marta me dijo: -Cariño, me gustaría ir a la tienda de juguetes enseguida… tengo mucha curiosidad por ver lo que tienen, y por probar algo nuevo. Entramos, dejamos el equipaje sobre la banqueta, y nos dispusimos a salir del hotel, en busca de la tienda de juguetes. Nos costó un poco encontrarla, pues se hallaba discretamente localizada. No tenía escaparates, y sólo el nombre comercial en un artístico rótulo, delataba su presencia. Con cierto rubor, accedimos al local, donde, una joven, menuda de figura y guapa señorita, se acercó al vernos entrar. -¿Puedo ayudarles en algo? –dijo con tono comercial y confidente… -Verá… nosotros venimos buscando algo, que nos dé un ...
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