Los amigos de mi mujer (1)
Fecha: 01/07/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: komo, Fuente: CuentoRelatos
Nunca imaginé que podría disfrutar tanto del sexo, y todo, gracias a los amigos de mi mujer… Hola, me llamo Esteban, tengo treinta y siete años, mido un metro con setenta y ocho, y, aunque tengo algunos kilos de más, soy de complexión fuerte. Soy bien parecido, moreno de piel, pelo ligeramente ondulado, y estoy casado desde hace unos diez años con Marta, mi mujer, treinta y dos años, también morena de piel, con pelo castaño en melena y rizado. Su estatura es de un metro con sesenta y nueve, y también tiene algún kilito de más, aunque en su caso, se debe a la abundancia de curvas, y a sus generosos atributos, pues tiene un tipo de mujer clásico, guapa con rotundidad, hermosos ojos marrones oscuros, boca perfilada y muy sensual, pechos abundantes, piernas perfectamente torneadas, que se rematan en un hermoso culo, redondo y definido en dos cachetes de lo mas apetitoso. Nuestra vida matrimonial, y, en particular la sexual, discurría sin sorpresas ni sobresaltos, digamos que poco a poco, nos habíamos acoplado el uno al otro, y por ello, comenzaba a resultar un tanto monótona y predecible… Hasta que sucedió la muerte de María, una amiga íntima de mi mujer. Ellas habían sido confidentes, la una de la otra, pero mi esposa, fiel a su discreción, nunca me habló de los aspectos más íntimos de sus confidencias Su pérdida le afectó mucho, hasta el punto de preocuparme por su salud, pues andaba todo el día triste, y aunque trataba de disimularlo, yo notaba su desasosiego, de modo que le ...
... pregunté que le preocupaba, tratando de animarla. -Cariño… ¿Qué te ocurre?... Sé que el fallecimiento de María te ha afectado mucho… pero, debes tratar de superarlo. -Mira amor, es cierto, me ha afectado mucho… bien sabes que, aunque nuestro trato no era diario, pero María se desahogaba mucho conmigo, y, últimamente me hizo muchas confidencias de su vida amorosa. -Bueno, pero eso no creo que sea un tema de preocupación para ti, cada cual tiene su vida amorosa como quiere… ¿no? -Ya… pero es que no paro de darle vueltas a la cabeza, pues después de su muerte, cobran un especial significado algunos comentarios que me hizo. -Bueno, cuéntamelo, si te parece bien… -Verás. Me dijo que habían tenido una crisis, pues ella se sentía insatisfecha con su vida sexual. Me puso un ejemplo: Imagina que la actividad sexual, es el alimento que sirve para calmar el apetito sexual, ¿vale?, bien, pues aquella actividad que tenía de servir de "alimento", no es que fuera escasa, sino que era sosa, sin sal, pimienta o cualquier otra especia que le diera sabor, gusto o mordiente… y, por ello se sentía insatisfecha. -De manera que no eran felices… -dije yo-… -No es que no fueran felices, sino que, a fuerza de repetir y de dar por supuesto lo que le gustaba a su pareja, una y otra vez, pues habían llegado a un punto, casi de indiferencia mutua… ya sabes… hacer el amor sin ningún entusiasmo, de forma mecánica. -Comencé a darme cuenta de que la explicación que estaba escuchando, bien se podría aplicar a ...