1. Mi tía Silvana


    Fecha: 30/09/2017, Categorías: Incesto Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos

    ... propio con mi pija. Yo creía que tenía una poronga monstruosa pues algunas chicas de mi edad no habían podido meterla toda en su boca, diciéndome que la tenía inmensa, pero ella lentamente fue haciéndola entrar toda; cuando estuvo toda dentro de su boca empezó a negar, enérgicamente, con su cabeza y después de sacarla, mirándome a los ojos, me preguntó qué me había parecido la garganta profunda que me había hecho, yo le dije que no podía creer lo que había visto ya que sabiendo perfectamente que mi pija no se había achicado no entendía como se la había comido toda ya que era la primera vez que veía desaparecer completamente mi pija en una boca, a lo que riéndose me dijo “No todas las mujeres podemos hacer una garganta profunda”, y sin dejar de reírse empezó a chupármela otra vez. Esta vez no se la introdujo toda, sino que solo la hizo entrar hasta la mitad y luego la sacó completamente, y se quedó mirando los hilos de saliva que quedaron uniendo su boca con mi tranca, mientras su mano izquierda tanteó mis testículos y su mano derecha acarició mi culo. Esto lo repitió unas cuantas veces y yo, estando a punto de acabar, empujé su cabeza hacia mi cuerpo para que se tragase otra vez toda mi verga y ahí llenarle la boca de semen, pero ella tiró su cabeza hacia atrás y dejando de chuparla se paró. Yo pensé que la había embarrado, pero ella sonriendo me dijo: “Después tragaré tu leche, te dejare la verga bien limpita, no te dejaré ni un puto espermatozoide, pero primero quiero ...
    ... sentirla dentro mío” y sacándose el camisón se tiró en la cama abriéndose de piernas y diciéndome: “Mi concha espera tu pija”; yo entonces, diciéndole que antes de metérsela se la iba a chupar un poco, me zambullí sobre su concha. Sentí que dijo: “Que malo que sos yo quiero sentir tu pedazo dentro mío y vos solo me la vas a chupar. ¡Cómo te gusta hacerme sufrir!”. Yo no quería hacerla sufrir pero sabía que si se la metía, en ese momento, ahí nomás llegaría y como yo ¡Quería disfrutar de la cogida que me imaginé tantas veces! Tratando de alargar tanto como pudiese el momento de ensartarla, hice oídos sordos a sus dichos y empecé a chuparle la concha. No llegue a darle más de tres lenguazos que ella arqueó su espalda y exhaló profundamente al tiempo que sus manos hundieron mi cabeza en su vagina, llena de pelos indicándome que había llegado. Lo descuidado que tenía los pelos de la concha y lo rápido que llegó me hicieron dar cuenta que efectivamente hacia mucho que un macho no estaba en su cama. Seguí lamiendo su concha, hasta que sus piernas se cruzaron por sobre mi cabeza, indicándome que pronto llegaría nuevamente, por lo que levantándome se la metí. Entró de una, sin problema, se deslizó hasta el fondo, su concha se tragó toda mi pija sin esfuerzo. La saqué y no bien le di dos bombazos, largos y profundos, ella cruzó sus piernas en mi cintura y clavándome las uñas en la espalda emitió un grito, que de no haber estado todas las puertas cerradas hubiese sido escuchado por sus ...
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