1. Por fin me cogi a mi alumna


    Fecha: 04/07/2018, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... exquisita y encima, una batita blanca casi transparente que me permitió ver su espectacular figura de piel morena. La hice sentarse junto a mí en la cama y la besé ahora más apasionadamente y pronto nuestras lenguas jugaron el juego sucio del calentamiento. No voy a mentir; ahora estoy convencido que pocas cosas son tan ricas en el sexo como cogerse a una alumna, en especial una tan sabrosa como mi Dayana. Le quité la tanguita rosada y metí mi cabeza entre sus piernas, primero besándolas, luego chupándolas y finalmente haciendo eso y más con su vaginita húmeda. La chupé como si fuera el helado más cremoso del mundo y de hecho lo era. Ella empezó a gemir, abrió sus piernitas y se echó hacia atrás dejándome prepararla para la cogida. Poco a poco me le fui trepando hasta llegar a hacer contacto genital. Saqué un condón y le enseñé a ponérmelo pero primero le metí mi verga en su boquita y la puse a chupar un rato; nunca se resistió, si bien temblaba de miedo. -Vas a ver, mamita. Sabrás lo que es bueno, bebé. -Trátame bien, ¿sí? Su mirada angelical evidenciaba que ya sabía que venía la hora de la cogida, algo que evidentemente no había experimentado antes. -Claro, mi amor. Hazte hacia atrás. Le pasé el pene ya con el condón entre su conchita sabrosa y se puso a respirar profundamente, con evidente placer mi niña hermosa. La besé y poco a poco le fui metiendo la verga a esta delicia que le tenía tantas ganas desde que hurté sus pantaletas turquesa. -Aaaaaaaaaaah� -¿Te gusta? ...
    ... -Si� La gran puta abrió las piernas para dejarme penetrarla más y más adentro cada vez. Estaba tan rica mi alumnita preferida. Me fui poniendo como un toro y la tomé de los tobillos para abrirla toda y le di con todas mis fuerzas. De verdad: ¡Qué delicia! Le mordisqueaba el cuello, las orejas, las tetas duritas de adolescente y poco a poco empezó a gemir de placer, al punto que tuve que taparle la boca para que no se oyera afuera. La hice venirse y la volteé para ponerla de cuatro patas a mi deliciosa alumna, mi rica Dayanita. -¿Qué vas a hacer? � preguntó con cierto temor. -Te voy a hacer sentir lo más delicioso que hay, mi amor. -Pero� ¿por dónde? No quise abusar esa noche. -Igual: por la vagina bebé. -¿En serio, profe? -Sí, mi amor. Mañana probamos otra cosa pero hoy sólo vamos a hacer eso. Igual le pasé la punta de mi verga en medio de su rico anito que la hizo dar un saltito pero pronto restregué su rica vaginita, la tomé por las caderas y se la metí de una. Exclamó con placer y me puse a darle primero despacito y luego cada vez más duro. Sentí mucha ansiedad imaginando que penetraba su culito. -¡Toma! ¡Toma! ¡Toma! ¡Siente lo que es bueno! -¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! Ah! ¡Ah! ¡Ah!... La agarré del cabello y lo halé con firmeza haciéndola levantar su cabeza mientras me la cogía con toda gana; así la tuve hasta que sentí que estaba cerca de venirme, entonces la saqué y le dije que se recostara boca arriba; lo cual mi Dayanita obedeció mansamente; así que me quité el condón y me ...