Pecado carnal. Lovy, la sobrina
Fecha: 04/07/2018,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... sus manos, ofrenda el delicioso manjar para halagar al señor maduro que necesita saciar su deseo en esa mamada descontrolada. Se dejó tumbar sobre el lecho, estrujar sus pechos en la rapiña de mis manos, apretar, exprimir para saborear el jugoso premio de su excitación. No me podía contener esas tetitas eran todo el manjar para el ogro depredador. Los gemidos de placer de Lovy me llenaron los oídos de celestial música. No podía dejar de lamer y mamar, pero las piernas de la muchacha se frotaban para recordarme que otro apetecible manjar esperaba mis masajes bucales, me deslicé por su cuerpo, rodando por el vientre hasta llegar al triángulo del deseo. Con los dientes rasgué la tenue tela que apenas cubría su sexo, ella elevó la pelvis para ayudar al despojo, le hice lugar para deshacernos del estorbo y me introduje entre sus piernas sin demasiadas delicadezas, me urgía el deseo de comerme ese jugoso bocado, ahogar mi sed en el salado mar de su agitada vagina. Mis grandes manos elevaron sus nalgas para engullirme de un bocado su estrecha panochita. El primer bocado produjo ese gemido que aún retumba en mis oídos, agitando la boca entre sus piernas, busqué lamer todo el jugoso contenido, hurgando hasta donde me lo permitía esa cueva ansiosa y receptiva. Busqué el deseo contenido por varias noches de calentura, apretado entre sus piernas, contenido entre sus manos para llevarme bien adentro de su sexo. Estoy preso de su deseo, oprimido por sus piernas, explorando sus sensaciones ...
... más extremas, buscando descubrir el tesoro de su orgasmo, conseguir el trofeo del guerrero, lograr la exaltación de la carne joven en la boca del amor maduro, rescatar ese momento de pasión descontrolada que anida en lo más profundo de esta apasionada jovencita, hacerle realidad ese momento soñado conmigo, con su macho, con su hombre, con el descubridor de esa veta de putita calentona. El gemido surgido de lo profundo de su ser llenó el ámbito silencioso, colmó mis expectativas de macho, desbordó sus sensaciones en un logrado clímax que devino en un delicioso éxtasis que excedía sus más afiebradas expectativas. Hubo un momento de calma, de quietud para atemperar el tumultuoso despertar a tan memorable exaltación y culminación de su calentura, jamás imaginada. - Me gustas, con tu ingenuidad ficticia, con tu desprejuiciada incitación, despertaste mi deseo más lascivo, secuestraste mi loco deseo, y ahora me sumergí en el mar de tu calentura para beberla de un trago. - Y, que trago!, casi te ahogas chupándomela!… En verdad habíamos encarnado en amantes que se estuvieron buscando toda la vida, ahora nos consumíamos en la misma hoguera. Había concretado de forma imprevista el deseo de varias noches, la dejé subirse al potro salvaje y permitirme violarla locamente en el sabor frugal del sexo prohibido. Volví a comerle la conchita, girando hasta quedar con mi sexo en la cercanía de su boca, por un momento nos dejamos enredar en un acalorado 69 hasta el delirio, robarle el tesoro de ...