El tio abuelo - Relatos Eróticos

El tio abuelo

... toda, mientras sus manos recorrían mi cuello, mis hombros y hasta mis pequeños pechos, que no eran tan pequeños puesto que siempre fui rellenita. Me decía muchas cosas, me decía que era una muñequita, que adoraba mis ojos color caramelo y mi cabello rizado y mi piel rosada. Me decía que soñaba conmigo y que sufría pensando que alguna vez tendría un novio, que él quería ser el primer hombre en mi vida, y tantas cosas que casi no comprendía. Yo sólo sé que me gustaba sus besos y me dejaba llevar por eso. Cierto que yo estaba grande para mi edad, pero seguía siendo más pequeña que él, me llevó mis manos al rededor de su cuello e hizo que yo lo abrazara, me apretaba con fuerzas y pude sentir cada vez más su cuerpo pegado al mío, se moviá con fuerza empujándome hacía la pared que parecía que quería entrar en mi woww lo recuerodo y se me eriza la piel jaja... cuando sentí que me empezaba a subir mi pequeña falda y tocar con sus manos mis nalgas y traerme hacia él, sentí su respiración aumentar y parecía que quería llorar, bueno eso me pareció. Yo estaba asombrada por cada acción suya que no me daba tiempo de reaccionar. Me besaba con tanta pasión que yo me sentía una mujer de esas películas que veía jaja...cuando de pronto me miró a los ojos y me dijo que me amaba y que me haría suya, que yo sería su mujer y d enadie más, empezó a bajarme el calzón y fue allí donde me asusté, lo empujé y me fui corriendo hacia la puerta... pero él llegó antes, le puso el seguro y me jaló de ...

... regreso a la cocina, yo empecé a forcejear y a tratar de escapar, me alcanzó del brazo y me jaló con fuerza hacia dentro de la cocina nuevamente, empecé a llorar y ya no fue tan cariñoso como minutos antes, eso me asustó porque me empezó a gritar cosas feas, a insultarme, hasta a pegarme. Me dio una cachetada muy fuerte y me tapaba la boca para que no se escuche mi llanto y mis protestas...con una mano se quitó la camisa y vi como se llevaba las manos al cierre del pantalón mientras me sujetaba con la otra mano, yo seguía llorando pero ya no me hacía caso. Ya era otra persona, ya no era el señor cariñoso que me hacía sentir bonito. Me empujó hacia el fregadero de los platos y me dio la vuelta haciendo que mi espalda este a su alcance, ahí pude sentir la tibieza de su piel pegado a mi cintura porque él estaba más alto que yo. Se hincó y empezó a frotar su miembro aún dentro de su truza, con mis nalgas, yo segúía llorando y pero no me hacía caso, se acercaba a mi cuello y me susurraba palabras sucias pero también con una mano volteba mi cara para besarme a la boca en medio de mis lagrimas. me quitó la blusa que traía y con sus dos manos me frotaba los senos gorditos que ya tenía (ahora soy 38b) mientras me empujaba con su pelvis las nalgas...ahora siento esa postura deliciosa :) ...me decía que yo era su mujer, que sería su puta, sólo suya, que me haría un hijo y esas cosas que dice uno cuando está en plena pasión. Por alguna razón yo empecé a humedecerme, lo supe cuando me toco mi ...