1. Incesto al amparo de la lluvia


    Fecha: 05/07/2018, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... dejarme explorar su cosita a mi antojo, eso sí, sin dejar de vigilar, aunque estaba demostrado que en eso no era una experta como lo era en el sexo. El contacto de mi lengua le hizo emitir algunos gemidos, lo que quizá hizo que nuestros acompañantes volvieran en sí y continuaran con lo que habían estado haciendo. De reojo pude observar que Mariana la hija de mi prima estaba muy pendiente de lo que le estaba haciendo a Vanesa. Ernesto mi sobrino bufaba al son de las dos golosas que tenía en su palo, lo vi cómo le indico a Raquel (Era su prima) que se pusiera a cuatro para luego después colocarse detrás suyo y empezara a rosarle la entrada con su pito hasta penetrarla de una sola estocada y así aferrado a sus caderas como estaba empezó a cogerla sin mayor prisa, Mariana se magreagaba el chocho como si en ello le fuere la vida. – Vente para acá – le dijo Vanesa indicándole con su mano que se acercara a nosotros y sin dejar de vigilar para no ser sorprendidos. – Ven – le repitió – Conociendo a mi sobrina, estaba a punto de acabar. Dicho y hecho, gran cantidad de líquidos se escurrieron en mi boca. –UUUUUMMMM gimió. Quizás el gemido del orgasmo de mi sobrina pudo más que sus palabras, porque ahí estaba Mariana junto mí, desnuda, excitada, con sus pequeños pechos erectos a más no poder, tanto que al contacto de mi mano se erizo por completo y suspiro prolongadamente. – Ven – le dije llevándola hasta colocarla sobre una mesa en donde normalmente se ponían los platos y empecé a ...
    ... lamerle la raja. Era deliciosa, vulva joven con ganas de ser penetrada, el clítoris tan duro como piedra, a mis lamidas casi lloraba. – No dejes de ver afuera amor – le dije a Vanesa mientras me desabrochaba los pantalones y dejaba caer mi verga que increíblemente estaba a medio parar. Eran 17 cm de carne y bastante gruesos que dentro de poco se irían a perforar esa cueva que para mí era de estreno. Mis sobrinos seguían en su cogida, ahora el acostado en unos cartones y ella cabalgándolo. Vanesa seguía dándose dedo a pesar de haberse corrido y en su tarea de vigía. Por un momento pensé que los gemidos de Mariana podían delatarnos, sino fuese por la lluvia seguramente se escucharían en cualquiera de las habitaciones de la casa. El sentir mi verga en su entrada la puso tensa por completo, la vi cerrar sus ojos y apretar su boca, detuvo su respiración como cuando esperas una inyección. A pesar de estar muy lubricada no fue capaz de soportar más que la cabeza en la primera embestida, una mueca de dolor se dibujó en bonito rostro. Me detuve. Mis sobrinos seguían en lo suyo. Como sentí que Mariana seguía rodeándome con sus piernas otra vez empuje, estaba estrechísima. De nuevo me detuve. Vanesa nos observaba. Raquel y Ernesto cambiaban de posición. Estaban de misionero. Un empujón más y ya estaba media verga adentro, otro más y vi su nalgas a centímetros de mis huevos. La hale sin más y ahí estaba mis 17 cm de verga adentro. Lo demás fue sencillo, esperar para luego empezar el mete y ...