Continua el sorpresón con Maite (II)
Fecha: 06/07/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos
... dueña del chalet, la modosita, esa que decía muy digna lo de… “no es un hombre, es un muchacho, amigo de nuestra amiga…”, esa que siempre cuando hacían comentarios de sexo, se ponía roja y decía que barbaridades decían las demás. La que me decía siempre incluso en aquella época… Carlos o Carlitos no hagas esto, no hagas lo otro, que claro cuando me decía Carlitos mi enfado era monumental. Maite ya iba totalmente desnuda, Carmen sin nada de cintura para arriba, esta rellenita, pero estaba muy apetecible, no la pude ver cómo me hubiera gustado. Se metieron en la habitación de Maite, no las podía ver desde donde estaba, pero las oía perfectamente, aunque al poner una música de ambiente costaba un poco. No sabía lo que estaban haciendo, pero a la que se oía ahora gemir bastante era a Carmen. Que como auto justificándose, le decía a Maite que era una zorra, que sabía que ella no quería, pero que al final hacia con ella lo que quería. Maite la decía que sí, que ya se daba cuenta que ella no quería, haciendo gemir a Carmen mucho más. Carmen la dice que, porque se ha parado, que a donde va. Maite la contesta que por cositas para hacer más entretenido el momento. Pienso que va a venir por mí y me empiezo a desnudar. Tengo una erección brutal. Estoy preparado para salir, cuando oigo a Carmen preguntar que iba a hacer, Maite la dice que atarla y ponerle un antifaz en los ojos, para que disfrute más. Vas a disfrutar como la puta que eres, hoy te voy a dar todo lo que necesitas, ella solo ...
... musita un siiiiiiiiiiiiiiiii. Ya no las oigo hablar, solo a Carmen gimiendo, se nota que trata de no gritar, como tratando de comportarse. Salgo de la habitación en la que estoy y me dirijo hacia donde están ellas, me asomo con cuidado y veo a Carmen tumbada boca arriba, con los brazos extendidos atados al cabecero de forja, con un antifaz grande y negro tapándola los ojos, unas tetas grandísimas gracias me imagino a sus kilitos de más, daban ganas de saltarse encima para comérselas, con las piernas abiertas y Maite entre sus piernas, comiéndola, lamiéndola e introduciendo por su ano, como una barrita como con unas bolas, que yo descubrí en su casa, sin saber para qué era en aquel momento. Maite se giró un momento y me vio desnudo, con la erección brutal que llevaba. Me sonrió, saco la lengua y se la paso por el clítoris a Carmen, todo esto lo hacía mirándome a los ojos, se la notaba caliente. Maite siguió jugando con su ano, pero la dijo… aquí lo que hacía falta es el pollón de Carlos, Carmen no paraba de moverse, con voz entrecortada y excitada la decía, eres una zorra, te ha gustado y hasta que no lo metas en tu cama no te quedaras a gusto. ¿Quién te dice que no me lo folle ya? Riéndose. Seguro que el día de la piscina te fijaste también en el paquete. Si lo tuvieras ahora aquí te lo follarías, aaaahhhhhhhh no pares, Maite se paró para que la contestara, ella decía que siguiera que no se parara, te lo follarías o no, Carmen desesperada dijo SIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero ahora ...