1. Desafío de galaxias (capitulo 55)


    Fecha: 30/09/2017, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... bloqueadas. —¿Un bloqueo enemigo? —preguntó Marión levantándose rápidamente junto a Anahis que no podía ocultar su alarma. —El patrón es bulban, —dijo Hirell saliendo del despacho junto a las dos mujeres. —¿Cuál es la última posición conocida? —preguntó Marión—. Quiero una línea con Bertil. —Estaban próximos al sistema Waantoobaan, en el Sector 22. —Bertil en línea. —Bertil, hemos perdido contacto con el Fénix y las comunicaciones están bloqueadas, —la noticia le alarmó—. Manda rápidamente un grupo de batalla a su última posición conocida: sistema Waantoobaan, Sector 22. —Entendido. —Muy bien, y si es necesario, que vayan quemando los reactores. —De acuerdo, —Bertil apartó la mirada para hablar con uno de sus ayudantes—. Me dicen que ese sistema está a catorce horas a máxima velocidad. Las primeras unidades ya están en marcha. Voy a enlazar vuestra señal para estar al tanto de lo que pase, yo salgo también para Waantoobaan. —Muy bien. —No hay sistemas habitados en las inmediaciones, ni presencia de la policía federal, —dijo Hirell cuándo se cortó la comunicación. Anahis, recostada sobre una de las consolas, ocultaba su rostro desencajado entre los brazos—. El puesto más cercano está a más de veinte horas. Si es un ataque, han elegido un lugar perfecto. —Aunie no se ha trasladado todavía al Sector 73, y sé que estaba embarcando una división para llevársela con ella. Llámala y que vaya cagando hostias a Waantoobaan. Están solos y no sabemos una puta mierda de lo que está ...
    ... pasando, —Marión se acercó a Anahis y la acarició el cabello mientras la apretaba el hombro en un gesto cariñoso—. Voy a informar al presidente. —No, no,—dijo Anahis incorporándose— ya me ocupó yo. Tú no te muevas de aquí. —Muy bien, como quieras. Hirell, informa a todos las comandancias por si esto es parte de un plan más importante. Todas las fuerzas en máxima alerta. Habían pasado tres horas, y el ataque continuaba. El Fénix, se había convertido en un amasijo de hierros retorcidos por la acción de la artillería de las naves corsarias. Los escudos portátiles que protegían el cerro, por el momento aguantaban. En las cuevas, se había instalado el hospital de campaña que estaba abarrotado. Desde su parapeto, con los prismáticos, Marisol vio aterrizar tres de las naves corsarias a seis kilómetros de su posición. A los pocos segundos, el coronel estaba junto a ella. —¡Mi señora…! —Lo he visto, Pepito. Que el personal no combatiente se refugie en las cuevas. —No tenemos de eso, todos han empuñado algún arma, incluso los de la cocina—dijo mientras el médico se acercaba a ellos. —¿Ya me vas a dejar echarle un vistazo a la pierna? —¿Están todos atendidos? —el médico asintió con la cabeza—. Entonces sí. ¿Sarita como está? —Con cuatro costillas rotas y un pulmón perforado, —respondió el médico mientras la quitaba la correa de nailon—. ¡Joder! Que desastre. Hay que colocar el peroné, y te va a doler de cojones. Vosotros, ayudadme: sujetadla bien y que no se mueva, —los soldados la sujetaron ...
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