¿Abusadoras…?
Fecha: 07/07/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: pompita, Fuente: CuentoRelatos
... ahí a metros de ellas, había quedado detenido al haber aparecido ellas ocupando el lugar estrecho de aquel sendero por donde debía yo continuar. Entonces, dueñas todas de un desparpajo y una manera por demás jocosa de desenvolverse, se acercan a mí rodeándome, y con gran rapidez y decisión, comienzan a acariciarme y manosearme, mientras unas y otras van diciéndome las cosas más zafadas y puercas. -"Pero preciosura, vení para acá que te vamos a desnudar y nos vas a dar tu chorizo para que te lo chupemos y nos chupes a nosotras desde los pies hasta el alma, y vamos a hacerte el amor hasta dejarte loquito!!!" No: aquello, parecía como cosa extraída del más increíble relato porno. ¡Igualito! Yo, poseído por una especie de paralización producto de la perplejidad ante tan insólita situación, me dejaba hacer mientras ellas, sin perder un segundo, me desnudaban quitándome con velocidad asombrosa, todo cuanto yo vestía sobre mi cuerpo. En cosa de dos menos de un minuto, me dejaron ante todas ellas... completamente desnudo. Sus estridentes risas y carcajadas aderezaban aquella situación, y yo ahí, paralizado y ahora invadido por una volcánica sobreexcitación asombrosa. empinaba mi verga en despampanante erección quedándome la misma como dura y larga estaca apuntando hacia allá arriba...bien arriba. Las exclamaciones de admiración y gozo en aquellas desaforadas cochinas, eran cosa por demás escandalosa. Me tumbaron ahí nomás al suelo comenzando entre varias una verdadera orgía de ...
... mamadas y cosquillas enloqueciéndome en aquel hacer desaforado donde era yo el objeto de todas, y todas desesperadamente se disputaban mi verga para mamarla tironeándomela entre las manos de las que pugnaban por quitársela a la que mamándome estaba, para metérsela cada una en su boca, mientras se peleaban a las risas y carcajadas en aquella desvergonzada cosa donde me estaban violando como energúmenas. Yo gritaba y gemía sintiendo la mar de cosquillas porque las manos de no sé cuántas de ellas me cosquilleaban por todas partes. Mi verga salía de la boca de una e inmediatamente entraba en la boca de otra. La pugna seguía, y yo apresado debajo de unas piornedas que estaban cada una montadas sobre mis piernas y brazos, me tenían completamente dominado sin poder escapar de aquellas humanas prensas que me tenían sometido a las múltiples vejaciones a las que entre todas me sometían. Un verdadero mar de sensaciones desesperantemente cosquille antes volvían me loco haciéndome gritar y gemir, suspirar y aullar, y ellas se largaban las carcajadas en aquella desvergonzada cosa en la cual me tenían como objeto de sus hacerles. Las veía a unas y otras desnudarse con rapidez asombrosa comenzando cada una a exhibir las despampanantes hermosuras de sus femeninas siluetas exuberantes, y todo mi ser iba encendiéndose en exoticidad atroz, como una gigantesca fogata a la cual súbitamente se le arrojara un tanque de combustible esparciéndolo sobre ella. Los primeros orgasmos arremetían inundando todo ...