Convertida en una puta por la culpa de mi hijo
Fecha: 08/07/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Sexo Duro
Sexo en Grupo
Autor: delmos2007, Fuente: xHamster
... a cualquier cosa por satisfacer sus deseos, hasta tragar pis, saliva, hasta chuparse sus propias tetas, hasta follar con él. Todo se estaba desbordando y a su hijo no le importaban los riesgos, sólo le importaba tratarla como a una guarra, como le gustaba llamarla. Ella, con esa sumisión, estaba convirtiéndose en su puta, en la puta de su hijo, para sus antojos, para sus desahogos, para sus marranadas, para satisfacer todas sus fantasías sexuales.Carlos llegó al mediodía y estuvo tomándose una cerveza con su padre antes de comer. Había estado con sus amigos, pero no había surgido el tema de su madre y no había querido contarles nada para no parecer un jodido pervertido que se follaba a su madre, aunque temía que terminara contándoselo. Luego almorzaron en el porche charlando acerca del viaje de Miguel en Londres. Irene y Carlos no paraban de echarse miradas cargadas de complicidad, aunque ambos se esforzaban en aparentar naturalidad. Se respiraba la tensión sexual entre ambos. Se deseaban, sólo había que ver sus ojos, pero debían contenerse ante la presencia de Miguel. Ella vestía con un pantalón de chándal muy suelto de color negro y una sudadera del mismo color, un atuendo poco glamoroso, pero informal para no levantar las sospechas de su marido. Tras el almuerzo, Irene se ocupó de quitar la mesa y Miguel dijo que iba a echarse un rato a la siesta. Carlos se recostó en el sofá, con los pies encima de la mesa, haciendo zapping con el mando, hasta que encontró un canal ...
... porno de pago donde transmitían una película con escenas lésbicas. Cuando su madre entró en el salón y se percató de la película que veía, miró hacia el fondo del pasillo, comprobó que la puerta de su dormitorio estaba cerrada y miró a su hijo con nerviosismo.¿Estás loco, hijo? A este paso nos van a pillar.Anda, ven, siéntate conmigo.Irene se sentó a su derecha, erguida y ligeramente ladeada hacia él, mirando por encima del hombro hacia el pasillo, en alerta por si se abría la puerta del dormitorio.Carlos, es mejor que ahora nos estemos quietos.Mira esas dos guarras – dijo señalando la televisión -, pero tú eres más guarra. Míralas, mira que buenas están. Hazme una paja, anda, sé buena.Estaba deseándolo a pesar de la peligrosidad por la presencia de su marido en la casa. Ella misma se ocupó de desabrocharle el cinturón y el botón de los pantalones. Le bajó la bragueta y le sacó la polla del bóxer para comenzar a sacudírsela a un ritmo acompasado, sujetándosela por la mitad, acariciándole el capullo a la vez con la yema del dedo pulgar. Carlos no la miraba, permanecía atento a las escenas lésbicas de la pantalla, relajado y concentrado ante el suave tacto de la mano de su madre, respirando por la boca y recostado contra el respaldo. Su madre apresuró el ritmo, tirándole más fuerte de la verga, esta vez sujetándola por el capullo, como tocando la zambomba. Carlos respiraba más fatigadamente ante la dosis de placer, con la mirada atenta a la pantalla mientras su madre le pajeaba. ...