1. EL DILEMA DEL MILITAR (la conciencia)


    Fecha: 10/07/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... actitud infantil. Después de disfrutar un rato de esa situación lo elevé en el aire, con mucha sutileza y deposité el centro de su lampiño culito, justo sobre el tronco de mi verga erecta. -Restriégate aquí. La situación era excitante, sentir los labios de su culo besando mi pene de arriba abajo. La mirada de Rafa me trasmitía que estaba gozando de verdad y eso lo hacía más delicioso. De allí surgió un abrazo muy fuerte. Él se apretó a mí muy fuertemente, abrazándome, y seguía trabajando su culito, moviéndose enardecido contra mi tronco de verga. Y yo lo meneaba rítmicamente invitándolo a que siguiera cabalgándome. Imaginé estarlo penetrando profundamente. Y le fui besando tiernamente la delicada tez de su cara sus mejillas y su frente, para caer por la nariz a sus labios. Cerré lo ojos y recordé su boquita, la lengua rojita, por la chupeta que a menudo llevaba en la boca. Comencé a lamerle los labios y él pronto los entreabrió. Le fui metiendo lengua y todavía encontré restos del dulce sabor. -Como te pusiste de fuerte –afirmó Rafa midiendo, con sus manos, mis hombros y mis bíceps y asombrado por la facilidad con que lo elevaba en el aire. -Yo siempre he sido fuerte –contesté. -Pero no tanto como ahora. ¿Quién te hizo ese tatuaje? -Un indio en el Amazonas. Se hizo mi amigo, por unos días, y me lo tatuó. El dice que es étnico, no se hace con aguja sino quemando la piel con un cuchillo al rojo vivo, sólo se lo hacen a los indios, y como mamá es india pura… Lo negro es ...
    ... ceniza de la corteza de un árbol, con otras cosas. Es la marca del jaguar. -Debió dolerte ¿no? -No podía ni gemir, pero fumé antes una droga para poder soportarlo. -A mi no me gustan las drogas. -A mi tampoco pero eso fue algo especial, como una fiesta, una ceremonia que se debía cumplir para poder ser su hermano. -Es raro, nunca vi un tatuaje así –dijo, palpándolo con sus dedos –. ¿No te duele? -Ya no, puedes darle duro, es parte de mi piel. -Es arrechísimo. -Tengo otro tatuaje aquí –dije, señalando hacia mi pene. -¿Dónde? -Aquí abajo, tienes que buscarlo porque es muy pequeño, tal vez no se vea con esta luz. Con esa treta bajó a buscar, pero cuando iba a preguntar dónde, le puse la punta de mi verga en los labios. Él rió, tomó en su mano el tronco y estiró hacia atrás el prepucio para dejar la cabeza de mi pinga bien destapada. Saco su lengua y lo rozó. Abrió sus labios y le metí el pene en la boca. Sentí como lo recibía, con deleite y alguna destreza, lamiendo cada centímetro de la base a la punta. Lo mantuvo en su boca mas no logró tragarlo más de la mitad. Yo no esperaba que hiciera mayor cosa y tampoco insistí. Tomándolo por las axilas lo elevé. Acaricié su torso, sus axilas, pellizqué suavemente sus tetillas planas para que tomaran turgencia en la puntita, quería mordérselas. Besé su cara, primero suavemente, sintiendo, con mis labios, toda su tersura. Humedecí sus labios y él los abrió. El beso fue largo y suave. Entre boca y lengua bajé a los hombros y pasé a atraer su ...
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