1. EL DILEMA DEL MILITAR (la conciencia)


    Fecha: 10/07/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... arma para lograr que Rafa se viniera conmigo. Estaba asustado por lo mal que se veía el culito de Rafa, además estaba enloquecido por mi primito quería mostrarle cosas al carajito, no precisamente cosas malas, pero sí la vida, la vida de verdad, tal como él quería que se la mostraran. A través de los ojos de un tipo adulto que lo respetara, y que no le produjera ningún trauma, ahora o en el futuro. En fin, llenar vacíos que una mujer no puede, por más que quiera, ocupar. -Lo que digo es que tú no puedes arrastrarlo a él en esa adversidad que le tienes al pueblo, tía. Él tiene derecho a conocer a su familia. -No, no, pero es que no…, no. -Tía, yo sé que has sido buena madre, pero él tiene vacíos que tú nunca podrás llenar. -Sí, sí, yo sé, pero todavía no, cuando sea más grandecito. -Tía, dale algo de libertad, él ya es un hombrecito, no sé si te habrás dado cuenta. Hay cosas para que las que ya le llegó la edad, tú debes entender. Y yo soy su pana, además de ser su primo, y lo quiero como si fuera mi hermano. Lo puedo ayudar en ese aspecto ¿O prefieres que otra persona lo ponga pila? -¿Tú dices que Rafa no sabe nada del viaje? -No, no sabe, a mí se me ocurrió fue ahorita. -Tal vez él no quiera ir, lo tengo en karate y pronto habrá competencias, él está entrenando mucho, está bien interesado. No creo que pueda ir. -Si quieres le preguntamos. Sin pensarlo caminé hacia el cuarto y ella me siguió. -Además, él aplazó una materia y debe presentarla, ahora en septiembre. Abrí la ...
    ... puerta de la habitación y vi que Rafa seguía en la misma posición. No le costó terminar de despertar. Yo lo miraba con mis ojos risueños intentando que entráramos en una misma onda. La madre, al parecer, intentaba hacer lo mismo. Su mirada buscaba respuestas en ambos, sus ojos se movían inteligentes y astutos, entrecerrados para captar todo mejor. -¿Qué pasa? –peguntó, al fin. -Es que Alejandro inventó un viaje sin contar con nadie. -Que si quieres irte, conmigo, esta semana, para Monagas, para la finca de papá. Rafa se levantó de la colchoneta como si un resorte lo hubiera propulsado. Andaba en calzoncillos e hizo lo mismo que yo, se anudó la sábana a la cintura. -Claro que quiero, mamá, me tienes que dejar. No busques excusa. -Un momento, eso no es así. No he decidido nada. -Mami, anda. Yo nunca salgo de aquí sino es contigo y con tus amigas. Déjame ir, no me va a pasar nada. -Rafael David –dijo mi tía, con sobriedad –, usted raspó una materia, ¿o no lo recuerda? -Mamá, pero yo la voy a pasar, ya he estudiado, y puedo estudiar más. -Ay, no sé. -Tía –intervine –, déjalo ir. Le va a hacer bien. -Está bien. Está bien –dijo al fin –. Yo me voy a quedar con el corazón en la boca, pero lo voy a dejar ir. ¿Cuándo lo traerás? -La semana que viene. -Ay, Alejandro, ¿tú lo vas a cuidar bien? –preguntó, ansiosa, mi tía. -Tía, tú sabes que sí. -Sería la primera vez que me separo de él, desde que nació. -Le va a hacer bien un poco de libertad. -Bueno, disculpa, pero ahora tengo que irme, ya ...