1. Mi venganza (4)


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Hetero Grandes Series, Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... disfrutaba como un niño con un juguete nuevo. Me afeité con tranquilidad y le dije: -Mañana te toca a ti. Te voy a dejar ese asqueroso coño totalmente pelado… Y puede que hasta la cabeza. Fui a vestirme y a ordenar que lo hiciese Habiba, luego volví al baño y con gran esfuerzo la pasé de estar arrodillada dentro, a estar sentada en el borde de la bañera. Había vuelto a llorar y emitir sonidos extraños. -Ahora Habiba te dará algo de comer. No quiero oírte decir nada, si no quieres volver a probar la correa. ¿Quieres probarla de nuevo? Su movimiento acelerado de cabeza me dijo que no. Le quité la mordaza y me fui. Había volvió con un puré que le había dicho que preparase con fiambres que teníamos, Algún resto de comida que guardábamos por si no había tiempo de cocinar o teníamos más hambre, fruta, etc. Se lo fue dando poco a poco y se lo comió. O no estaba muy malo o tenía mucha hambre, porque no dejó nada. Mientras, yo informé a mi empresa de lo que había vendido para que solicitasen el presupuesto, ya que esto lo llevaba una de nuestras filiales, pero dije que no nos interesaba que se metiese nadie por el medio, ya que era un asunto delicado, por lo que yo sería directamente intermediario. Cuando calcularon el presupuesto por encima y me notificaron las comisiones, supe que, al final, aún ganaría dinero. Volví a dejar a Carla en la bañera, amordazada, y nos fuimos a ver cómo estaba mi antigua casa. Habían vendido todos los cuadros, jarrones, adornos, muebles, incluso la cama ...
    ... de matrimonio era ahora un colchón en el suelo, probablemente recuperado de la basura. Por lo demás, la casa era una auténtica pocilga. Llamé a una empresa de limpieza y les dije que se llevaran todo y limpiaran bien la casa. Esperamos a que viniesen a por las llaves y luego nos fuimos a unos grandes almacenes, donde compramos un dormitorio completo con cama grandísima (la habitación lo permitía), los muebles y televisión para el salón y un ajuar completo para la cocina. Comimos en un buen restaurante y por la tarde fui a un carpintero para que me hiciese unas divisiones en el amplio garaje y volvimos a casa. Carla nuevamente se había hecho de todo y tuve que emplearme a fondo para limpiarla. Al terminar, le quité la mordaza, e inmediatamente dijo con voz débil: -¡Agua! Caí en la cuenta de que no le había dado de beber en más de un día. Me saqué la polla, la puse a su lado y le dije. -Bebe de aquí. Estuvo dudando, pero le pudo la sed. Giró la cabeza, abrió la boca y yo metí mi polla en ella y empecé a soltar líquido lo más despacio que pude controlar. A pesar de ello, gran parte cayó en la bañera como consecuencia de sus arcadas. -No lo desperdicies, que no habrá más en un buen rato. Esa noche la volví a lavar con la goma de la ducha, y al ver cómo llevaba la espalda de verdugones, mandé a Habiba que le diese alguna crema cicatrizante. Más que nada para no estropearla demasiado con vistas a mis pretensiones futuras. Cuando terminó, saqué un collar y cadena comprados en el sex ...
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