1. La reeducación de Areana (16)


    Fecha: 14/07/2018, Categorías: Dominación Lesbianas Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    Las despabiló a rebencazos, pero sólo para quitarles las esposas y obligarlas a tragar un somnífero que las haría dormir hasta el momento de tener que prepararlas para las visitas. Luego tomó una pastilla ella también y así pudo dormir hasta las dos de la tarde, cuando se dirigió al cuarto donde estaban madre e hija. Al er Al entrar Milena, ambas comenzaban a dar señales de que la bruma del sueño estaba despejándose en sus cerebros. La joven terminó de reanimarlas a rebencazos y a los pocos golpes Eva y Areana saltaron de la cama, asustadas. Milena las arreó hasta el baño, hizo duchar y lavar la cabeza primero a Eva y después a su hija, que debieron secarse mutuamente con un gran toallón blanco. Mientras lo hacían era notoria la excitación que aquello les causaba. Milena notaba cómo se miraban y respiraban con fuerza por la boca. -Estan ardiendo, ¿eh, putas?. A las visitas les va a encantar ese ardor. Ahora basta, terminen de secarse. –ordenó y de inmediato las condujo de regreso al cuarto de Eva, donde les dijo luego de hacerlas arrodillar ante ella: -Escuchen bien, putas de mierda. Dentro de media hora llega la primera visita. Es una señora de cincuenta y un años llamada Constanza. –y les dio instrucciones precisas respecto de cómo debían recibirla. La visita llegó puntualmente a las tres de la tarde y Milena, vestida con una musculosa blanca y minishort negro, bajó a franquearle la entrada al edificio. La señora Constanza la envolvió en una mirada lenta y lasciva que no ...
    ... desagradó a la joven y le preguntó: -¿Sos la hija? -No… -contestó Milena devolviéndole la mirada. –Soy la carcelera. Sígame, por favor. -Mmmmhhhhhhhh, la carcelera, suena muy excitante. –dijo la señora mientras ambas caminaban hacia el ascensor. -¿Le va ese juego? –quiso saber Milena. -¿Se lo puede jugar? -Con el único límite de no lastimarlas. -¿Hay elementos? -Un rebenque, esposas, mordazas de bola. -Muy interesante. –concluyó la señora Constanza mientras subían en el ascensor y la visitante no dejaba de mirar codiciosamente a Milena. Cuando entraron al departamento Eva y su hija aguardaban en el living tal como les había sido ordenado: de pie, con las piernas bien abiertas, la cabeza gacha y las manos en la nuca. -Ay, ay, ay, qué buenos ejemplares. –dictaminó la visitante. -En cuatro patas, putas, y a seguirnos. –ordenó Milena y se dirigió al cuarto de Eva, con ambas esclavas y la señora Constanza detrás de ella. Una vez en la habitación Milena dijo: -Ya le traigo los juguetes, señora. –y estaba por retirarse cuando la visitante la detuvo: -Esperá, me gustás mucho. ¿Podemos arreglar algo? Milena recordaba que Amalia la había autorizado a relacionarse sexualmente con las visitas, pero le gustaba sentirse sometida a la autoridad de su dueña y entonces respondió: -No por mi cuenta, pero consulto y le contesto. -¿A quien tenés que consultar, perrita? -No sea tan curiosa, mami. Antes de irse me da su teléfono y la llamo, ¿sí? -Mi concha es una catarata… -Mmmmmhhhhh, bueno, si me ...
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