Me vendió por una botella de Whisky
Fecha: 14/07/2018,
Categorías:
Gays
Autor: leopoldodiga12, Fuente: SexoSinTabues
NO deberías leer este relato, nadie debería. EL "aire veneno" se ha clavado dentro de mis pulmones, no sé que me pasa, de pronto he caído en el éxtasis y temo no regresar, tengo miedo, miedo de lo que me pueda ocurrir (LeopoldoDiga está de regreso). El oxígeno puro y limpio de la Sierra Madre Occidental en México es sustituido por el dañino residuo volátil de los cigarrillos que se fuman los amigos de mi tío, andamos en una pedazo de chatarra vieja a la que ellos llaman automóvil, recorremos los solos y escabrosos caminos en medio de una solitaria oscuridad. Desde el asiento trasero del auto trato de respirar la menos cantidad de "aire veneno", veo a través de la ventana tratando de escapar del la realidad en la que me encuentro, me siento fuera de lugar escuchar a un par de "borrachos" hablar de temas prescindibles: alcohol, mujeres, y drogas, a decir verdad estoy un poco incomodo, comienzo a sentirme un poco mal, el estomago parece estar de cabeza, es tan fuerte el aroma a alcohol y cigarrillos que temo ocurra un accidente. -Sobrino, hágame un favor, sírvame un poco de hielo y aproveche para preparar una bebida para usted y no preocupe por mi que no le diré una sola palabra a la abuela- dice Octavio, mi tío. No creo que sea buena idea el que siga tomando, apenas puede mantener el coche sobre el camino de tierra, pero soy nadie para prohibir, solo soy niño a su lado. Le sirvo un par de cubos de hielo en el baso y se lo entrego. quisiera no hacerlo pero como la lo mencioné ...
... ¿quién soy yo?. -Podrías darme un poco de hielo, creo que se han derretido todos- dice Alfredo, el compadre de mi tío. Asiento con la cabeza y de inmediato le sirvo lo que me pide. -Buen chico- dice mientras me da un apretón en la pierna. Me incomoda, es por el señor Alfredo el motivo de esta "fiesta ambulante", le acaban de otorgar libertad condicional en el centro de reclusos donde purgaba sentencia por robo a mano armada. Lo conocía ya desde hace tiempo, es el mejor amigo de mi tío Octavio, recuerdo que cuando era mas pequeño, Alfredo visitaba con concurrencia la casa y me llevaba una paleta, de esas que son de malvavisco blanco cubierto de chocolate y gomitas de colores. Los neumáticos del coche no paran de girar, cada árbol que pasamos me parece mas desconocido el lugar, los ojos brillantes de los animales campestres nos avisan que ya no estamos en la ciudad. El auto se orilla y ellos se bajan a orinar, Alfredo me da a cuidar su vaso con whisky y abandona el auto, me sucede lo mismo, me dan ganas de orinar y aprovecho la parada, dejo el vaso sobre el asiento y salgo a buscar un lugar cómodo para hacer mis necesidades. Camino un par de metros hasta un pequeño árbol y mirando hacia las estrellas comienzo a orinar, el cielo era digno de una postal, totalmente despejado, las estrellas brillaban como pequeños diamantes de joyería femenina, la luna con elegancia iluminaba las hectáreas enteras de pinos, en realidad era algo tan hermoso. -Leo, date prisa- me llama mi tío, y de ...