Me vendió por una botella de Whisky
Fecha: 14/07/2018,
Categorías:
Gays
Autor: leopoldodiga12, Fuente: SexoSinTabues
... lleva hasta el costado del cinturón. -Creo que sabes el motivo de mi ausencia, no me hagas recordarlo- recita mientras palpo una pequeña arma de fuego. Trago saliva, las piernas me tiemblan mientras me siento totalmente derrotado, miro al retrovisor intentando cruzar miradas con mi tío o al menos con Pedro pero la oscuridad es densa y la música casi desquiciada, Alfredo con las manos a los lados de mi cintura, coge la pijama de franela y la comienza a deslizar hacia abajo, cierro los ojos tratando imaginar un episodio diferente pero, o puedo dejar de sentir como la sangre como lava me quema el cuerpo a su paso, intento ignorar los sentidos pero no puedo evitar estremecer mi cuerpo tras las caricias del señor Alfredo, la pijama la tengo a medios muslos, el elástico del pijama me hace mantener las piernas cerradas mientras las manos y los dedos gruesos de Alfredo se pasean por mis muslos, los acaricia con fuerza y a la vez los presiona, es como un juego, sus manos llegan a mis nalgas y el juego se repite mientras parece que vamos de regreso a casa, puedo ver por la ventana algunas luces del pueblo, en mi mente ruego por que llegue rápido a casa. La respiración del señor Alfredo la noto agitada, escucho como lame sus dedos en repetidas ocasiones mientras con otra mano hurga entre mis nalgas, trato de pararme pero de nuevo me hace detener, y cuando lo hace siento como me introduce sin tapujos uno de sus dedos, gimo, y de pronto la mano de Alfredo lo ahoga, de nuevo siento como ...
... un rayo eléctrico me atraviesa, suspiro y gimo, lucho contra el sonido de la música pero debo admitir mi derrota, volteo hacia atrás buscando siquiera el brillo de sus ojos para asentir sumisamente mi destino. Me hace ponerme de pie, me sostengo del asiento de frente mientras él casi por accidente me lame el culo, toma mi cintura entre sus manos de nuevo y me hace sentarme en su entrepierna, se ha bajado la cremallera, me doy cuenta por la suavidad en la que descanso mis nalgas ahora, la suavidad de su vello púbico me acaricia por error pero con dulzura mientras la virilidad del señor Alfredo hace roce entre mis nalgas, escucho como escupe saliva en su mano y la lleva a la punta de su solido palo, me toma de nuevo de la cintura y con gran cuidado me comienza a bajar, ¡por Dios! esto es tan doloroso, siento como la de su trozo de carne comienza a abrirse paso mientras noto como el culo se me parte en dos, trato de no gemir pero es casi imposible, y de pronto el auto se sacude violentamente haciendo introducir cada centímetro del grueso mástil humano en mi culo, sin poder evitar, gimo con todas mis fuerzas, sin importar nada, se me ha introducido una gran verga y no puedo disimular. -¿Hijo, estás bien?- pregunta mi tío mientras baja el volumen de la radio. Asiento solo con la cabeza, trato de parecer normal e intento ahogar estas ganas de gemir que tengo, mi tío sube el volumen de nuevo y entonces aprovecho solo para susurrar un gemido, siento que moriré, Alfredo me toma de las ...