1. La ventana indiscreta


    Fecha: 01/10/2017, Categorías: Hetero Autor: waldo1992, Fuente: RelatosEróticos

    ... que me había ofrecido un espectáculo de lo más excitante me había pedido, o mejor dicho, ordenado, que fuera a su piso. Al no haberme dejado terminar mi masturbación estaba de lo más cachondo. No sabía como disimular la erección permanente que llevaba, pero la emoción por lo que iba a suceder no me hacía pensar en eso. Un par de minutos más tarde (pensé que me los podría haber dado para no tener que cruzar la calle parando los coches, casi atropellando a una viejecita y quitándole el ascensor a una madre con 2 niños y un cochecito de bebé) abrió la puerta. Verla tan de cerca me turbó, me dejó sin palabras, con la boca abierta y respirando agitadamente. Allí estaba, tal cual la había visto a través de la ventana, con la cerveza casi terminada en la mano, examinándome de pies a cabeza y sonriendo maliciosamente. Fueron unos segundos que se me hicieron eternos. Finalmente, moviendo la cabeza me indicó que pasara. La penumbra dominaba la casa, tan sólo la luz de la habitación donde la había visto trabajar resaltaba de todo el resto. -Coge la cerveza –Me dijo imperativamente. La recogí de encima de la mesita y ella fue directamente a la habitación. Yo la seguí admirando el trasero de las braguitas de Betty Boo, los gemelos potentes que resaltaban al andar y la espalda atlética que brillaba por el sudor. Entré en la habitación justo cuando cerraba la persiana a través de la cual había asistido al espectáculo. -Hay mucho mirón por ahí, mejor que nadie vea lo que va a suceder ...
    ... aquí y ahora. –Eso me dejó asustado pero al mismo tiempo ansioso. -Desnúdate, te quiero en pelotas delante de mí. Sin saber que hacer con la cerveza que tenía en la mano ella se acercó y cogió la botella. Se me acercó a escasos milímetros de mí yo era más alto pero ella me cogió de la mandíbula con su mano derecha en forma de pinza y me obligó a agacharme, dándome un beso húmedo con sabor a cerveza intenso y breve. Me soltó saboreando las mieles de mis labios y se alejó sonriendo a sentarse en la escalera, observando elstreaptease que iba a ofrecerle. La música seguía sonando de fondo pero, la verdad, no se me da muy bien el baile así que me desnudé rápido para que no se molestara y dejé mi ropa a un lado. Instintivamente puse mis manos sobre mi miembro para no mostrárselo, por vergüenza, a mi vecina. Ella rio sonoramente; me imagino que pensó que mi vergüenza desaparecería en pocos instantes con lo que me iba a hacer. Se fue un instante de la habitación dejándome allí, totalmente descolocado sin saber que hacer ni decir. Por un momento me dediqué a mirar la pared y a pensar de qué color la iba a pintar. Los nervios no me dejaban pensar con claridad ni ser consciente de lo que realmente estaba pasando. Al poco rato volvió con las esposas en la mano, cuerda de escalada y unas medias negras usadas, concretamente unos pantis. -Siéntate en esa silla –Miré al lado y la vi, por primera vez. Estaba tan abstraído que ni siquiera la vi al entrar. Era una silla de madera, antigua pero ...
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