1. El tanga negro de encaje


    Fecha: 16/07/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... le quitó la minifalda a Nicole y la atrajo hacia ella. Había visto cómo se hacía la postura del sesenta y nueve entre hombre y mujer, pero no creyó que fuese tan diferente entre dos personas del mismo sexo, así que mientras Nicole penetraba a Emma con los dedos y le chupaba el clítoris, Emma metió su lengua en la vagina de Nicole, que gimió con el clítoris de Emma en la boca. Emma empezó a penetrar a Nicole con su lengua, y con sus dedos la penetró por el ano y con la otra mano jugó con su clítoris. Cuanto más se excitaba Nicole, más penetraba y satisfacía a Emma, y a Emma le pasaba lo mismo. Ambas se penetraban con intensidad, una chupando las paredes vaginales cada vez más y más a fondo, y la otra haciendo formas dentro de la vagina con sus dedos. Nicole, para no quedarse atrás, con la mano libre que le había quedado, imitó a Emma y empezó a penetrarla por el ano. Emma gimió dentro de la vagina de Nicole y mordió con cuidado la piel de su vagina. Nicole lo sintió y penetró con fuerza a Emma, y a continuación, sintió sus fluidos vaginales recorrerle los dedos, y el gemido de total clímax de Emma dentro de ella. Por el orgasmo que acababa de sentir, Emma metió más los dedos en el ano de Nicole a la vez que hacia un movimiento extraño con su lengua en la vagina de Nicole y apretó su clítoris, y entonces Emma se cubrió la lengua de los fluidos vaginales de Nicole. Las dos vibraban de placer. Sentían los impulsos en los muslos de la otra, y lejos de acabar ahí, eso les excitó, y ...
    ... siguieron penetrándose mutuamente, pero cambiando los factores. Emma usó su lengua en el ano de Nicole y los dedos en su vagina, y Nicole usó su lengua en la vagina de Emma y buscó en el cajón de la mesita de Emma, y le metió en consolador por el ano. Tuvieron otro orgasmo las dos casi a la vez, con los fluidos vaginales de la otra en sus bocas y dedos. Después, Nicole se apartó, y empezó a hacer algo que siempre había querido probar: hizo las tijeras. Vagina con vagina, clítoris con clítoris, ambas empezaron a menearse, a tocarse entre ellas. Cada vez se unían más, cada vez más profundo. Sus clítoris se agitaban, se chocaban y se arrimaban, y sus pezones se endurecían más y más. Nicole empezó a moverse cada vez más rápido, y Emma creyó que no podía soportarlo más, hasta que le llegó el tercer orgasmo, y sus fluidos vaginales se entremezclaron. Nicole cayó encima de Emma, y las dos sintieron los duros pezones, la presión de sus pechos y el roce de la vagina de la otra en su cuerpo. Emma apretó las nalgas de Nicole, y ella echó hacia atrás la cabeza, lo que estimuló a Emma. Nicole bajó la cabeza hacia uno de los pechos de Emma, y Emma sintió el tacto del cabello de Nicole en su cuerpo desnudo. Nicole dejó descansar su cabeza entre los pechos de Emma, y masajeó uno de los pechos mientras Emma le masajeaba el trasero, y aprovechaba para acariciar de vez en cuando su ano y su vagina. —¿Cómo no me había dado cuenta que me apasionabas tanto? —le preguntó Emma a Nicole— Dios, tenía ...
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