1. Me indujeron a ser esclava (II)


    Fecha: 16/07/2018, Categorías: Dominación Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos

    ... hicieron tragar una buena cantidad, y casi me ahogan. Ahí me asuste muchísimo. Ellos en tanto, mientras yo tosía, me continuaron bañando en orina durante unos momentos más, para luego dejarme tranquila tirada en el piso cogiendo aire y esperando a que se me pasara un poco la tos. Quede en el suelo a cuatro patas. Perdí todo sentido del tiempo y de la dirección. Estaba mi cuerpo entero empapado en orina, totalmente oloroso a ese líquido. Respiraba de manera agitada, nerviosa. Solo oía y a lo lejos, las carcajadas de mis dos folladores, así de ida estaba. La vista la tenía un poco nublada, pero no me impidió ver como uno de ellos, no distinguí bien cual, se colocó en frente de mí, y presionando mis mejillas con una mano, haciendo que mi boca quedara circularmente abierta, metió su verga nuevamente. Oía que me decía algo pero por los nervios y la laguna mental que me provoco el ahogarme, no sabía que era. Poco a poco lo que me decía se empezaba a oír cada vez más claro. Hasta que entendí perfectamente lo que me decía –Límpiamelo cerda asquerosa. –me ordenaba el verdugo. Comencé lentamente la felación, para luego paulatinamente ir de nuevo aumentando los ánimos en la mamada. Luego sentí como el desconocido se ubicaba detrás de mi, tomando la base del cono anal, y, de un solo tirón, lo saco de golpe. No puede evitar pegar un tremendo grito de dolor, medio ahogado por la verga del verdugo. El agujero anal me quedo ardiendo fuertemente. –Mierda loco, ya le rompiste el culo… -le ...
    ... dijo el verdugo al desconocido, y prosiguió –Bueno, eso se le curara en poco tiempo. Terminemos acá, que nos debemos ir. -Si… terminemos. –le contesto el desconocido. Fui empalada nuevamente por el culo. La sensación fue de dolor y de incomodidad. El desconocido me dio una fuerte nalgada, ordenándome que me moviera, lo cual hice poco a poco. El me espoleaba cada vez más con una serie de fuertes nalgadas, y lograba su objetivo, hasta el punto en el que ya me movía deliciosamente para él y su amigo, el verdugo, quien aún seguía disfrutando de mi boca. Estuvimos así un tiempo, en el cual por la fuerte humillación y el constante dolor de mi culo, tuve una serie de orgasmos deliciosos. Ahí ya había comprendido que yo era una masoquista nata, y que el dolor y sufrimiento de ciertas partes de mi cuerpo, me provocaba un inmenso placer. Luego de esto, me sacaron sus vergas de los orificios y me llevaron tomada por los pelos hacia la mesa con el cajón, el cual fue retirado y colocado encima de la camilla. La superficie de la mesa, tenía un agujero en el centro que el cajón metálico ocultaba. Dicha superficie fue divida en dos mitades retirando una de las piezas, con el hueco dividido también por la mitad. Me colocaron agachada sobre la punta de mis pies, en el centro de la mesa, con el cuello apoyado en la media luna que quedaba en la mitad, y colocaron la otra mitad retirada en su posición original, quedando mi cabeza sobresaliendo por el hueco central. La mesa en realidad era una ...
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