1. La rubia del SPA


    Fecha: 18/07/2018, Categorías: Anal Confesiones Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... eventualmente cuando hace voltearme y me verga queda frente a sus ojos, ella naturalmente me enjabona y al igual que me restriega los brazos, lo mismo me restriega la verga, y los que han pasado esta experiencia saben, que es muy difícil evitar una erección. Me quita el jabón en un proceso quizá de algunos diez o quince minutos, me seca, me provee una bata blanca de tela absorbente y me hace pasar a otra habitación con una luz difusa y con una temperatura tropical y música relajante. Me lleva mi ropa, la cual está extendida en unos ganchos y mi ropa interior en una bolsa de plástico con el logo del lugar. Se aleja diciendo: Sr. Zena, fue un placer atenderlo, aguarde aquí, alguien vendrá por usted en un par de minutos. Obviamente, aguardo con esa impaciencia y sentimiento de incertidumbre. Solo pensé en lo consistía el trabajo de esta mujer, bañar a hombres y ver vergas de todo tipo. A los minutos se vuelve a abrir la puerta y en esta ocasión es una mujer quizá mayor que la anterior, me saluda por mi nombre y ella toma mi ropa y zapatos, me provee unas pantuflas desechables y me pide que la siga. Camino por un pasillo desde donde diviso que al final hay presencia femenina, y veo que sus siluetas son muy sensuales y de apariencia jóvenes. Esta mujer me abre una puerta y entro a una habitación donde diviso hay una camilla para dar masajes, una cama regular de mediano tamaño que está bien puesta, un chinero con varias botellas de diferentes licores, velas encendidas en los buro, ...
    ... espejos decorativos alrededor y un aparato de audio con música relajante. Solo pienso que para mi suerte, aquella mujer de medio siglo sería la que me estaría dando el masaje. Me pide que me acomode y que espere, que me presentara a algunas masajistas de la cual debo escoger una para que me aplique el masaje. Sentí mucho alivio que no fuera ella. Precisamente, al salir ella entro la primera chica. Todas vestían igual, pantalones de licra bien ajustados, con un “bustier” blanco el cual tenía el logo del lugar. Debo decir, que desfilaron 7 lindas mujeres que era muy difícil escoger a una. Para cuando salió la última, que al igual que la primera me saludó por mi nombre y se presentaba con el suyo, el único nombre que tenía en mente, era el nombre de Vanessa. Una rubia de ojos azules, cabello corto en un rostro alargado y divino y, aunque todas eran muy bellas físicamente, los labios carnudos de esta chica y como sonreía me llamaron mucho la atención que me cautivaron, además que decir su nombre, lo dijo con un acento que pronto descubrí era australiano. Eran unos labios que cuando me sonrió, sentí me pedían que los besara. Cuando entró de nuevo la señora y me preguntó a quién escogía, le di el nombre de Vanessa. No dejé de sentir maripositas en el estómago al verle entrar y nuevamente saludarme y reintroducir su nombre. Realmente Vanessa es apetecible y con ese pantalón de licra blanco mostrando su trasero redondo y con su “bustier” donde calculo que sus bustos han de ser de una ...
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