Depilación asistida
Fecha: 20/07/2018,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Ramiro, Fuente: CuentoRelatos
... de mi mejor amigo?, además, con lo buena que estaba ¿cómo iba a mantener la sangre fría para no hacer algo que me costaría muy caro?, pero, con lo que me había dicho y tras el trabajo que le habría costado decidirse a pedírmelo, ¿cómo le iba a decir que no? Esa fue mi respuesta: - ¿Cómo te voy a decir que no? -dije con voz temblorosa. - Pues vamos, no hay que perder el tiempo. Pero, una cosa: Nadie lo debe saber, ni tu mujer ni mi marido... ¿estamos? - Claro, claro... Decidida se fue para el dormitorio y, haciendo caso a su indicación, la seguí. Lo tenía todo preparado, hasta se había comprado un pequeño cortapelos parecido al mío (supongo que le habría preguntado a mi mujer), una toalla encima de la cama, un barreño con agua caliente, espuma de afeitar, cuchillas nuevas, crema hidratante... Mientras miraba todo aquello me di cuenta que ella estaba también muy nerviosa quieta delante mía sin saber qué decir o hacer... - ¿Vamos?... Haciendo un esfuerzo por dominar el temblor de mis manos, dije: - Venga, lo primero es que te desnudes... (Como si no lo supiera) Hubiera bastado que se desnudara de cintura para abajo, pero me hizo caso literalmente y se quedó completamente desnuda, mostrándome un cuerpo precioso, pero prohibido. Me obligué a no mirarla con lujuria, pero era prácticamente imposible, tenía los pechos preciosos, con un tamaño grandote y rollizo, pero firmes y "desafiantes", la exploración fue detenida por la cándida mirada de sus ojos color miel. No podía mirarla ...
... como lo estaba haciendo, se me encendió una luz en el cerebro. Después de haber doblado toda su ropa y dejarla delicadamente encima de una silla, volvía a quedarse mirándome con dulzura... Tenía que tomármelo como algo "profesional". - Vale, échate en la toalla... Se tumbó suavemente y pude ver que había intentado cortarse el pelo ella misma antes de llamarme. Comprendí entonces por qué me llamó. Lo había hecho fatal, dejándose unas calvas que iban a ser difíciles de arreglar. - Vaya, se ve que lo has intentado... -dije intentando dar un toque de serenidad al ambiente. - Sí, pero ya ves lo mal que me ha quedado, lo que pasa es que me da más vergüenza ir a cualquier sitio de estética que decírtelo a ti, y no creas que no me da vergüenza estar así... Esta frase la dijo acompañada de una apertura de las piernas que dejó al descubierto toda su intimidad. Tenía unos labios rosados y perfectos y a mí me iba a dar algo. De pronto, me entró un arrebato de responsabilidad y le dije que aquello no podía ser, yo no podía estar allí de ese modo con la mujer de mi mejor amigo... todo había sido una equivocación. Pero no contaba con su talante. Era una mujer de las que cuando toma una decisión no hay en el mundo nadie que sea capaz de hacerla desistir y donde había llegado era una vía sin retorno. Así me lo hizo comprender. - Mira, yo estoy tan nerviosa como tú, pero tómalo de esta forma. No estamos haciendo nada malo, aunque nunca deberán enterarse tu mujer ni mi marido. Además entre ...