1. Yago (VIII): Final


    Fecha: 21/07/2018, Categorías: Gays Grandes Series, Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... esperándole, un tanto perplejo, en esa plazuela. En la cocina, Margarita se afanaba preparando infusiones para combatir la resaca de las damas, e Isidro daba instrucciones a los encargados de servir el desayuno de los señores, para que lo sirvieran en el gran salón. Y quizás por eso, no repararon en Nandillo, que había entrado en la cocina, y andaba de aquí para allá. Detrás de la puerta, colgado en una percha, vio un morral que le vino a pedir de boca; y en el, metió: medio queso, cuatro panecillos, unas morcillas, manzanas y un cuchillo. Y también una bota de vino tinto, que colgaba de ella. Salió de la cocina sin que nadie se percatara de su robo; y volvió con su señor. - ¿Donde has estado?. Nandillo, sonrió muy contento; y cautivo de él, le enseño el morral. - Ya podemos irnos, ¡mi señor!… y cogiéndole de la mano, tiró de él para entrar en la galería que llevaba hasta el Valle Grande - ¿Tenéis hambre?... Cuando ya habían recorrido más de la mitad del camino, y atravesado la montaña, el Sr. Duque miró a su secretario, preguntándole con la mirada, si era oportuno llamar a Didier. El secretario miró a su Señor, mostrándole su agrado por la ocurrencia… ... y el Duque le mantuvo la mirada sonriendo con cierta malicia. Abrió levemente la portezuela del carruaje y golpeó con su bastón en el lateral. El criado, acostumbrado a oír sus golpecitos, entendió perfectamente su mensaje; y dio una voz a los jinetes que cabalgaban delante de ellos. El lugarteniente se detuvo en seco; y ...
    ... después acercarse al carruaje acompañado de Didier. - (En francés) ¡Bajad!, e id a ver que quiere su excelencia. El soldado, bajó del caballo; y se acercó al carruaje. El Duque, que miraba disimuladamente por la ventanilla, vio cuando Didier llegaba hasta la portezuela de la carroza. La abrió, y… - (En francés) ¡Ah!, Didier. Tengo que daros algunas instrucciones para cuando lleguemos a la fuente de la doncella, ¡subid!… El soldado entró en la carroza; y enseguida encontró su sitio. Etienne se había echado a un lado, dejándole espacio para sentarse. El Duque cerró la portezuela, y corrió la cortinilla. El lugarteniente, se dio media vuelta; y cogiendo las riendas de la cabalgadura del soldado, se adelantó; y avisó a Pierre para que continuara con la marcha. Sin duda, este Duque sabía escoger a su servidumbre. El carruaje continuó con la marcha; y el soldado se retrepó, abriendo las piernas con sutileza y ofreciendo sus encantos con elegancia. Enseguida sintió el peso de la mano del secretario; que acariciaba el bulto que iba creciendo entre sus piernas... y su aliento cerca del cuello. Pero, el Duque solo miraba… - (En francés) Cada día estáis mas deseable, gatito… ... ¡quitadle el calzón!, Etienne. El soldado levantó el culo, para facilitarle la labor al secretario; que enseguida tiró del calzón hasta dejarlo en los tobillos. Y luego, se agachó para quitarle los zapatos; y así poder terminar de sacárselo. Ahora, si. Esa visión, enardecía el deseo del Duque; que separó las ...