El favor que le hice a mi hermana
Fecha: 24/07/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Heraldo, Fuente: CuentoRelatos
... lo dije nuevamente porque no quería ningún percance, pero seguía sin hacerme caso. En aquel tiempo sucedió lo inevitable, no pude aguantar más y me agoté fuertemente. El semen salía a chorros, chocando contra la tela, ensuciándola. Donna relamía el semen que pasaba hacia afuera, no estoy seguro si quería probar el sabor o lo hacía inconscientemente. Cuando termine de eyacular ella se apartó de mí, me observó y me dijo - Y, ¿estuvo bueno o no? - Estuve genial - conteste. - Parecía que no terminabas más, ¡fue lindo! a ver, dejame sacarte eso que está bastante sucio. Mi hermana me quitó el calzoncillo y lo tiró al piso. Miró mi pene que estaba semiduro y me dijo - ¿Cuánto tiempo tardas en ponerte duro de nuevo? Su pregunta me hizo gracia, le conteste - Depende, después de un orgasmo se pierde bastante energía, pero si hay ganas no tarda mucho en ponerse duro de nuevo. - Y vos, todavía tenés ganas, ¿no? - Por supuesto que sí, esta noche voy a hacer lo posible para que estés contenta. - Ay, que tierno que sos, yo sabía que no me había equivocado en pedirte esto, además la estamos pasando bien, ¿no? - Al principio no quería admitirlo pero estar así con vos es diferente, placentero. - Pienso lo mismo. Al momento se puso sobre mí y me dio un beso en la boca, diferente al primero. Este beso era más fuerte, más morboso y con muchos ganas, esta vez su lengua se juntó a la mía en ese baile conocido. Donna se separó de mis labios para dedicarse exclusivamente a mi pene. Lo tomó por la ...
... punta y comenzó a acariciarlo hasta que logró ponerlo duro de nuevo. Instintivamente lo agarró con las dos manos y empezó a masturbarme rápidamente, con mucha fuerza, luego lento y suave, luego rápido otra vez. - ¿Te gusta esto hermanito? Decime que te gusta - murmuraba levemente. - Si, me gusta mucho. - ¿Te la puedo chupar de nuevo? - Dale. Sin más Donna se llevó mi tronco a su boca. Su boca era suave, demasiado suave, tanto que me sentía egoísta por sentir semejante placer yo solo. Repentinamente puso las manos en su cola, para usar solo su boca. Movía su cabeza de arriba hacia abajo, para los costados, al minuto lo dejaba libre para pasar su lengua por toda su longitud y enseguida lo tomaba por la cabeza y comenzaba el juego de nuevo, así estuvo un rato largo. Cuando se cansó de esa travesura puso una de sus manos sobre mis testículos y comenzó a masajearlos dulcemente, sin dejar de chupar la cabeza de mi pene. ¡Ah! era algo fuera de este mundo, no sabía si mi hermana tenía experiencia en eso o era puro talento. Donna chupaba mi pene sin descanso, lo dejaba libre para escupirlo, pasaba su lengua por la punta e inmediatamente lo metía de nuevo en su boca. De improviso se detuvo y me dijo - Parece que ya está bastante dura, ¿no? - Me parece que no puede estar más dura, ¿Querés hacerlo ahora? - Te confieso que estoy muy exaltada, pero si no cogemos ahora, no lo hacemos nunca más. - Espera que busco un preservativo en el cajón -le dije. - ¡No! -grit - quiero que sea natural, ...