El favor que le hice a mi hermana
Fecha: 24/07/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Heraldo, Fuente: CuentoRelatos
... quiero sentirlo completamente. - ¿Pero qué pasa si quedas embarazada? con eso no se juega. - No puedo quedar embarazada porque no estoy en mis días fértiles, así que no te preocupes por eso, además va a ser más placentero. - Ya se pero, ¿estás segura? - Sí, estoy segura, dale vení... creo que ya es hora de calzármela. - Espera. Sería mejor si vos te pones sobre mí, así manejas mejor la situación - le sugerí. - Está bien. Siempre estás pensando en mí. Apresuradamente me recosté sobre la cama, mientras que Donna se ponía sobre mí con las piernas abiertas. Yo tomé sus nalgas y la sostuve para que ella colocara mi pene en posición. Cuando lo sostuvo firmemente, me pidió que quite mis manos para poder moverse con más libertad. Primero rozó mi pene contra su monte de venus, y así lo fue llevando a destino. Lentamente se fue sentando sobre mí hasta que lo tuvo todo dentro. - Uuyyy... que rico se siente hermanito -me susurró- esto es lo que necesitaba, justo lo que necesitaba. Sin esperar mucho tiempo comenzó a moverse, mirándome a los ojos y luego a su vagina, para ver cómo me tenía dentro de ella. Con una mano se tocaba una de sus tetas y se acariciaba el pezón, mientras que con la otra se apoyaba en mi pecho. Su orificio era caliente, húmedo, parecía perfecto porque apretaba lo suficiente y resbalaba constantemente. - ¡Qué dura que está Javier! no lo puedo creer... -decía cada vez más fuerte- ¡¡si así más... más...mmmm!! Creo que habremos estado ...
... aproximadamente 10 minutos haciendo esa viveza cuando llegó el momento que ambos estábamos esperando. Mi hermana me dice con fuerza. - ¡¡Ay Dios mío, voy a acabar, ayyyy me haces acabaaaar!!! Donna empezó a cabalgarme más fuerte, mientras que gritaba como poseída. Yo tampoco pude resistir más tiempo, solo sentí que el orgasmo se aproximaba y nada podía hacer. Entonces a ambos nos saltó fuertemente, como nunca hubiese imaginado. Yo la tomé por su cintura y comencé a moverme para sacar el máximo goce posible, ella cerró los ojos y puso las manos sobre el respaldo de la cama. Entonces aproveché a besarla en la boca, así ahogamos ambos nuestros gemidos de placer que parecían infinitos. Donna cayó rendida sobre mi cuerpo, apoyando su cabeza en mi pecho. Luego de unos minutos, cuando estábamos más tranquilos me dijo - No puedo creer que la haya pasado tan bien, realmente sos el mejor hermano del mundo, gracias por esto. - Me anima que te haya gustado. - Si yo no fuese tu hermanita, ¿saldrías conmigo? - Creo que sí, sos muy linda, cualquiera que fuese tu novio sería muy afortunado. - Ay, muchas gracias Javier por tus elogios y por todo lo que hiciste hoy por mí. La verdad es que no esperaba tanto, te quiero mucho. Y así como si nada se fue de mi habitación. Esa es mi hermana, que a veces tenía las reacciones más inesperadas y repentinas, cuando crees que finalmente la entendiste te toma de sorpresa. Después de todo, ¿quién entiende a las mujeres?