1. Entre-acto. Tu vida y mi muerte


    Fecha: 27/07/2018, Categorías: Dominación Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... borde del vestido, era estrecho y en la espalda, una cruz blanca que llegaba hasta el borde de las piernas, incluso dos formas diferentes de cruz. Me miró mordiéndose los labios, le gustaba. Recostados en su cama, me miraba de otra forma, no sé qué esperaba, pero yo no tenía prisa alguna, ella tampoco sabía nada de mí, tampoco de mis preferencias, y ya empezaba a descubrir una, sabía de mi exploración de su cuerpo, como si fuera una fotografía aérea, aunque ya tenía mi plan de invasión, ese vestido de muñeca me lo había proporcionado. Cuando utilicé el lápiz blanco, mi pecho entró en contacto con su espalda, presioné ligeramente para llegar al borde del vestido y ella tembló ligeramente y me miró, yo parecía absorto en el dibujo, pero se equivocaba, yo precisaba datos de su cuerpo, y fue cuando decidí la conquista. Descubrí un punto muy especial con dedos juntos, y es ese vértice, un lado es la parte alta del muslo, la que se une a la cintura, y si entras en el vértice, te lleva a su vientre, y descubrí su campo dorado, ese trigo estaba muy alto, era rubia blanca, perdí segundos y si miras hacia arriba en ese vértice, ves su costado y axila, y es evidente que sus sombras llamarán tu atención, hacia la llanura está el desfiladero de sus pechos, estos tenían erizado el pelo, así como la dureza de sus oscuras cumbres. Cuando se dobla, mis dedos ocupan ese vértice, ella gime en silencio, pero me llega su ligero temblor, de esa forma construí el primer orgasmo, despacio, sin ...
    ... prisas, soy un explorador que va descalzo, y me hundía en su piel. En su espalda, tuve una respuesta que nunca olvidaré, fue recorriendo el borde de su costado izquierdo, mis dedos abrían su piel y mi lengua se alimentaba de su interior, ella estiraba su cuerpo gimiendo, y cuando llegaba al hombro levantó la cabeza mirándome, humedad en sus ojos, gimió y me dijo. Me estas robando secretos y a cambio despiertas mi lubricidad, chorreo. Su cuerpo tembló, de nuevo agachó la cabeza, sentí el orgasmo en su piel, se estremeció totalmente, de nuevo me miró por encima del hombro. Su mirada era profunda, enrojecida y volvió a cerrar los ojos, tuvo una pequeña sacudida y su cabeza la echó hacia atrás, suspiró con fuerza. Hiciste un mapa – Dijo con cierta dosis de rabia contenida. Así es, fue su regalo de cumpleaños. Cuando me lo pidió, le dije que precisaba de hacerla algunas fotos, accedió. Tuvo su mapa con todo detalle, y lo que más la impresionó fueron mis apuntes de sus reacciones. Así como de sus dos eyaculaciones. Ella no me creyó, muchas mujeres piensan que no pueden, pero están equivocadas, su fluido vaginal es más deslizante, nada que ver con el que habitualmente tienen, por tanto una tarde de sábado le mostré la verdad, ella misma pudo comprobar con sus dedos ese matiz, incluso su sabor es diferente, pero a eso no llegó, estaba en la réplica de un orgasmo. Y en uno de sus WhatsApp, me dijo que aquel domingo tuvo la cama con el resultado de la noche, y la miraba de vez en cuando ...
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