Días previos a su boda - Segunda Parte: "Ejer
Fecha: 28/07/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... idea de pedirles que me hicieran el favor de culearme.Claro que era sólo una fantasía, pero estaba fundada en algo real, mi necesidad de tenerlo de nuevo dentro. Aquello que me hacía tan feliz y que no se comparaba en nada a lo que Álvaro pudiera darme en los siguientes años que viviríamos como marido y mujer.Notando que mi entrepierna ya se humedecía notablemente; cosa que nunca me había pasado en público; decidí abocarme a algo, a una actividad física intensa. Por ello me incorporé a una clase de aeróbics.Teniendo en cuenta que allí habría más mujeres que hombres supuse que así no pensaría más en el sexo; sin embargo, el instructor era un hombre atractivo, por lo menos eso me pareció en aquel momento. Su cuerpo se notaba bien tonificado y su musculatura marcada, aunque no demasiado voluminosa.Seguí sus instrucciones al pie de la letra. Pero cada que el instructor se acercaba a mí para ayudarme se me hacía agua la pepa.Mientras hacíamos ejercicios con las piernas, estando a gatas, se me ocurrió pedirle ayuda con tal de que se me acercara nuevamente.—¡Aaayyy! Me acaba de dar un calambre —le dije cuando estuvo cerca de mí.El instructor se hincó junto a mí y tomó mi pierna para darle masaje. Con sus diestras manos sobó mis músculos desde la pantorrilla extendiéndose hasta abarcar toda mi pierna. Sentir sus firmes y ágiles dedos, acariciándome toda la pierna, fue una experiencia deliciosa.—Es más arriba... ay, en la parte interna del muslo. —le dije al mismo tiempo que bajaba ...
... con lentitud mi pierna haciendo que mi rodilla descansara en el piso.El instructor subió más su mano hasta la parte interna de mi muslo.—¿Cómo te sientes? ¿Mejor? —él me dijo, mientras me daba masaje tratando de aliviar mi dolor.Fue justo en ese momento, cuando cerré ambas piernas entre sí para agarrar la mano de mi instructor entre mis muslos, casi a la altura de mi entrepierna, cuando él entendió mi mensaje. Me incliné hacia atrás y hacia adelante en varios movimientos que traté fueran de lo más cachondos, para expresar mi verdadero deseo. Al ver su cara noté que él había entendido.Lamentablemente, el instructor sacó su mano de entre mis piernas pues, supuse, temía ser descubierto. Aquello pondría en peligro su trabajo, pensé.No obstante, al terminar la clase me le acerqué y, una vez hubieron salido las demás chicas, me atreví a besarlo. Ya no aguantaba más, en ese mismo momento deseaba que alguien me penetrara.Él trató de evadirme argumentando que si lo veían flirtear conmigo lo podían despedir del trabajo, pues aquello estaba prohibidísimo. Yo, que no me quería quedar así de caliente, le pedí, le rogué, que me cogiera.Por fin dio su brazo a torcer. Aceptó y me llevó al vestidor de los empleados. En aquel lugar nos escondimos en un cuartito donde guardaban los enseres de limpieza. Allí, según me dijo, no entraría nadie en ese momento.Al estar solos, inmediatamente comencé a desnudarlo, cosa que no me costó mucho pues sólo vestía una camiseta y un short. Bajé inmediatamente ...