Le follo la boca y el culo a la capitana
Fecha: 29/07/2018,
Categorías:
Anal
Voyerismo
Sexo Duro
Autor: predatorgapes, Fuente: xHamster
... así?Al terminar de decir la frase y sin dejar de mirarme a los ojos, Stella abrió la boca, muy lento y muy sensual, y la acercó al bulto que mi polla marcaba en mi pantalón. Lentamente a una velocidad desesperante, recorrió mi mástil desde la base hasta el capullo con su boca por encima del pantalón. Y no pude más. Me corrí como un adolescente que toca una teta por primera vez. Fue un orgasmo que arrancó desde los hombros, me sacudió entero y salió con una fuerza bestial hasta crear una mancha gigantesca de espesa leche en mi pantalón. Tan grande fue la mancha de la corrida, que atravesó el pantalón, y humedeció ligeramente el labio inferior de Stella.Me levanté dando un salto, no me podía creer lo que acababa de pasar. ¿Qué podía hacer? Sólo una cosa: afrontarlo con madurez y con la cordura de un hombre... Salí corriendo, mientras creí ver cómo Stella se relamía el labio inferior.Sí, fue muy ruin, y no sé qué coño pensaba, sólo sé que corrí de allí porque estaba muerto de la vergüenza: esa niña me había rozado la polla con los labios por encima del pantalón y yo me había corrido como si no tuviese nada de experiencia, como un imbécil. Y lo peor de todo: me había olvidado la mochila con la GoPro en el banquillo.Ya en casa no pude dormir hasta las 5 de la mañana. Era un sin vivir la mezcla de sensaciones: vergüenza, excitación, miedo... y me masturbé unas 4 veces más, hasta que se me puso roja como un pimiento. Bueno, lo hecho hecho estaba, mañana veríamos qué consecuencias ...
... tendría.Al día siguiente, al llegar al campo de entrenamiento, la rutina se desarrolló con normalidad, como todos los jueves las chicas entrenaron, jugaron, se divirtieron... Todas menos Stella. Ella estaba mucho más distante, no me miraba y apenas daba una en los penaltis, no paró ninguno, y eso que eran su especialidad. Al final del entrenamiento se acercó a mí:• Señor Goitia, aquí está su mochila, se la olvidó... ayer... en el estiramiento...Stella estaba preciosa, roja como un tomate de vergüenza, y no me miraba a los ojos cuando me hablaba. Y yo no podía hablarle, ya que me imaginaba lo que había pasado el día anterior y me quedaba sin respiración. ¿Por qué actuaba así? Tendría que ser yo el que estuviese avergonzado, una diosa como ella, y yo la había cagado de esa manera...En el coche de vuelta a casa no dejaba de darle vueltas a su actitud, y no me cuadraba nada. Pero bueno, las cosas habían salido tremendamente mal, así que me haría una paja brutal con los vídeos de otros días y no pasaría nada.... ¡la cámara! La cámara estaba metida en la mochila, pero en la posición exacta en la que yo la dejo siempre, Stella no debía de haberse dado cuenta de que estaba grabando. Estaba apagada y sin batería, ¿sería posible que hubiese grabado el momento tenso de ayer?Al llegar a casa encendí el ordenador como un loco, y rápido inserté la tarjeta en el lector. Allí estaba... todo el numerito. No pude evitar tocarme reviviendo cómo me miraba mientras abría la boca y me masajeaba el ...