Le follo la boca y el culo a la capitana
Fecha: 29/07/2018,
Categorías:
Anal
Voyerismo
Sexo Duro
Autor: predatorgapes, Fuente: xHamster
... para que las chicas no viesen cómo el mástil me apuntaba al cielo. Día tras día volvía a casa y veía el vídeo, recortando las escenas de Stella y me masturbaba pensando en ella, imaginando que sus entrenamientos eran para ponerme cachondo, que sus movimientos sensuales eran por mi. En los entrenamientos dejaba la GoPro dentro de mi mochila, camuflada, para que las chicas no viesen que las grababa. La excitación del momento, y saber que las grababa, me animaba a proponerles ejercicios de saltos y por parejas para luego tener buen material de Stella. Sin duda, mi momento preferido era el estiramiento del final de entrenamiento, cuando las chicas que tenían que estudiar se iban, mientras que las más futboleras se quedaban a estirar. Stella siempre era del segundo grupo.El miércoles de la tercera semana me dediqué en exclusiva a Stella. Las demás me importaban bastante poco, qué cojones. A mi la única que me importaba era la diosa de ojos azules.• Marcos, necesito estirar hoy un poco más, que me duele la pierna.• A ver, cuentista, ¿dónde te duele?• Aquí – Casi me muero cuando Stella se señaló la pierna a la altura del glúteo y me miró directamente a los ojos• A ver qué podemos hacer... - Dije titubeando.Probé varios ejercicios de estiramiento con ella, en los que yo me quedaba demasiado cerca, y mi erección ya era muy difícil de disimular. Necesitaba algún ejercicio que me permitiese estar sentado y que Stella no notase lo cachondo que me estaba poniendo.• Stella, ven. ...
... Siéntate en el suelo y abre las piernas. Las rodillas rectas, así... Ahora échate para adelante, intenta llegar con las manos más lejos, vamos, que tienes que estirar esa espalda.• Esque me cuesta, me duele...Ese era mi momento. Me senté frente a ella, de modo que estábamos de frente, y puse mi talón izquierdo en su rodilla derecha, y mi talón derecho en su rodilla izquierda, de modo que la forzaba a estirar más.• Vamos valiente, estira un poco más, que verás cómo se te va el dolor.La agarré de las manos para que forzara más y bajase, y juro que no lo hice a posta, pero al estirarle las piernas y tirar de sus muñecas, ella dejó caer el tren superior, y su cabeza bajó... hasta que tuvo la cara a menos de un centímetro de mi polla, dura como el acero.• Ehm... muy... bien, así... estás estirando muy bien – Estaba a punto de desmayarme, al tener a esa preciosidad con su cara junto a mi paquete. Si hubiese apretado los músculos de la base de mi pene, y hubiese mandado un solo mililitro más de sangre a mi falo, sin ninguna duda le hubiese tocado la mejilla con la polla. Ese pensamiento me estaba matando. No podía hacer nada con ella. Era mi alumna, me estaba jugando que me despidiesen y no volver a trabajar en un colegio en la vida.• Así... mejor? - Stella se estiró aún más, y con sus ojos fijos en mis ojos rozó ligeramente mi paquete con su barbilla.• Yo... no... - No podía reaccionar, la única separación entre mi polla y su cara era la fina tela de mi pantalón de deporte.• O... mejor ...