Inicios como runner
Fecha: 30/07/2018,
Categorías:
Voyerismo
Masturbación
Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
Lo había intentado, sí. Lo había hecho. Pero con tanta presión de la tele, de la radio, en internet, en las redes... no lo había conseguido evitar. Se había convertido en una runner novata. La presión para practicar ese deporte que llamaban running, el correr de toda la vida, era bestial. Y ella había caído. Como buena runner novata se dirigió, antes de su primera sesión de running, al Decathlon que había cerca de Alcalá de Guadaira, una ciudad cercana a Sevilla. Allí se compró todo lo necesario para lo que pensaba hacer. Se vio en la cola para pagar con su cesta llena con unas mallas cortas de color negro, un par de camisetas ajustadas especiales de correr, una blanca y una rosa, unas zapatillas Nike rosas y blancas que casi no pesaban, un par de calcetines y un sujetador especial para la práctica del deporte. Si necesito algo más, volveré, pensaba, deseosa de llegar a casa e, iniciar, a la tarde su sesión de running. Era viernes, cierto. Y sabía que no era un bien día para iniciarse teniendo al otro día el fin de semana. Pero a eso de las 19 se desnudó dejando solo su tanga blanco y unos pequeños calcetines blancos que ni llegaban al tobillo, se ajustó las mallas, el sujetador, la camiseta rosa y se amarró las zapatillas. Ajustó el app que había elegido para controlar sus progresos y se fue al parque. Aguantó más de lo que había imaginado. El ritmo no fue malo para alguien que llevaba meses o años sin hacer nada de deporte. Eso la llenó de satisfacción y, cuando se estaba ...
... duchando ya en casa, decidió que saldría también a la mañana siguiente. Al fin y al cabo las sensaciones que tenía eran más que buenas. Laura, a sus 29 años, disfrutaba de un cuerpo bastante llamativo. Tenía una buena edad, claro, pero también tenía la suerte de que su cuerpo no engordaba con facilidad. Sabía que llamaba la atención de los hombres que la miraban con ganas. Un culo respingón, unas piernas fuertes y un pecho en su tamaño justo iban acompañados de una cara pequeña donde unas pocas pecas acompañaban a unos ojos azules que hacían suspirar a más de uno. Y una magnífica sonrisa, claro. Que para eso trabajaba como auxiliar en una clínica dental. La verdad es que ella era consciente de que llamaba la atención entre los hombres. Aunque ella se consideraba mujer de un sólo hombre, Antonio, su novio. Antonio era profesor interino y por ello llevaba unos años de un sitio a otro. Ahora estaba en Granada. Esa tarde del sábado volvería para estar hasta la tarde del lunes con ella, ya que el lunes era fiesta en Granada. La verdad es que tenía unas ganas enormes de estar con él, hablar con él y porque no, abrazarlo, besarlo y follarlo. Laura era una chica tradicional y conservadora en el sexo, pero tras dos semanas deseando la vuelta de Antonio estaba, literalmente, que se subía por las paredes. Pero eso sería la tarde del sábado. A primera hora del mismo sábado lo que sonó fue el despertador. Laura lo había puesto temprano ya que quería, como había planeado en la ducha, volver ...