1. Fernanda es la nueva secre de la imprenta


    Fecha: 30/07/2018, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... por haber "puesto orden" en el negocio. A cual más decían que era un chico valioso. Dos operadores prácticamente me acapararon, y no se separaron de mi y me llevaban una y otra copa y eran todo simpatía. Al finalizar el evento el jefe de taller se ofreció llevarme a casa y acepté porque ya era tarde y porque me encantaba ese hombre. Con el descaro que da el alcohol, subí emocionada al auto. El patrón le dijo malicioso: llévalo directo a casa, nada de seguir la parranda ¿eh? El prometió hacerlo. Promesa de hombre Todo fue alejarse unas cuadras para yo desbotonarme la camisa, quitarme los zapatos y subir los pies al tablero: -El viento alborotaba mi melena. Qué rica noche, rodeado de compañeros, conociendo personas y al final en el auto del hombre que me derrite. -Lindos pies-. dijo mi acompañante. -Lindos brazos- le respondí y froté sus vellos muy coqueta. -Te queda bien ese top´. Se ve muy femenino- continuó -Gracias. ¿Tu pecho es tan velludo como tus brazos?. -pregunté insinuante. - Sí. Soy bastante velludo. - - Qué varonil. Me alegro por tu novia, o esposa. -Sí, les agrada a las dos- dijo y soltó la risa. - Descarado-. lo reprendí. ¡Al fin hombre! -Y tu?- preguntó-¿tienes pareja? -No. No he encontrado al hombre de mis sueños. -¿Y cómo es ese hombre de tus sueños? Traviesamente bajé el espejo de su visera y le dije: Así-. Sonrió y dijo - que malos gustos-. -Imposibles-. diría yo- y suspiré. -Nada es imposible si te lo propones- dijo el pícaro y agregó: -Es tu noche de ...
    ... suerte. Detuvo el auto y me retó: Si te diera 5 minutos ¿qué harías Fernanda. ? Ante esa cuenta regresiva, me hinque veloz en el asiento,le rodee el cuello y lo bese con ansia. Busqué los botones de su camisa y los desabroché para meter mi mano en sus pectorales cubiertos de vello sedoso. Besé su cuello, sus hombros y sus tetillas y, sin perder mas tiempo, desabroché su cinturón, y el botón del pantalón y el cierre, con desesperación. -Tranquila-. me ordenó. -Me quedan tres minutos- respondí ansiosa y se rió. - Di luego con su tesoro que tantas veces imaginaba entre sus piernas cuando lo veía en la oficina. Era un órgano hermoso, cubierto de un suave prepucio con ligero olor a orina. Mi boca se apoderó de él pensando en los dos minutos que restaban. Empecé a succionar con ansia, lamiendo y succionando pensando que de un momento a otro diría basta. Pero no lo hizo. Dejó que corrieran otros minutos más, cuando vio que su miembro se había elevado orgulloso y que entraba hasta mi garganta. Los cinco minutos ofrecidos se multiplicaron por cinco hasta el momento en mi atractivo jefe de taller sintió venir un torrente cálido por el canal de su hermosa verga. Y yo que jalaba y chupaba frenéticamente, sentí repentinamente un chorro de líquido caliente y espeso como atole de avena. Inútil despegarme, Mejor seguí extrayendo hasta la última gota porque mi cabeza estaba aprisionada por las tenazas de sus manos. Luego, cada uno se recostó en su asiento exhausto. Nos volteamos a ver y yo pasé a ...