El diario de Claudia: mi violación
Fecha: 01/08/2018,
Categorías:
Transexuales
Sexo en Grupo
Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos
... doler” pensé; cerré los ojos y aguanté la respiración. Esa gran verga negra, dura como un bate de beisbol empezó a entrar hasta el fondo de mi recto. El tipo no tuvo piedad alguna – nada de sutilizas, me violaba, no me hacía el amor. Metió ese mazo de 25 centímetros por completo dentro de mi cuerpo y una vez allí se quedó incrustado, como un tapón. Todos celebraban, gritaban, festejaban. Algunos filmaban o tomaban fotos con sus celulares. Al cabo de unos segundos en mi interior, su pene gigante empezó a perforarme violentamente; el negro este se movía como su estuviese montando una yegua salvaje – se retorcía cada vez que lo metía o lo sacaba. Sus largas uñas apretaban contra mi suave piel, hasta que casi me las clavó, entonces me di cuenta que me había inundado con su semen. Sentí el chorro caliente salir disparado y bañado mi recto. “Al menos servirá como lubricante para el siguiente pensé” Todos celebraron. El volumen de la música era ahora mayor, más humo de tabaco, más licor regado por los suelos. Yo seguía en mis cuatro, arrodillada en el suelo, cabeza contra el piso, piernas expandidas, culo al aire. Alguien más tomó el segundo puesto; de igual manera que el anterior, me tomó fuerte de la cintura y sin dudarlo un instante, esa culebra que tenía por verga se perdió en mi hueco; luego de meterlo y sacarlo múltiples veces, su semen salía disparado para llenarme de leche salada. “Ya van dos” Todos estaban desnudos, pajeándose, esperando su turno sentados alrededor mío. ...
... Cada vez que alguien me llenaba de semen, me traían un trago de tequila Traté de reusarme pero a la fuerza abrían mi boca para hacerme tomar. Empezaba a sentirme adormecida. No me sorprendería si el trago contenía alguna sustancia adicional. El tiempo pasaba y las vergas seguían entrando a mi cuerpo; para entonces me abrían violado unos ocho de ellos; seguían embriagándome; el semen ahora chorreaba de mi hueco, el cual se había expandido hasta el ancho de una lata de cerveza. Me sentía sin fuerzas para resistir sus penetraciones casi brutales. Solo escuchaba carcajadas, gemidos, arengas. Me gritaban de todo: puta, perra, zorra, cachera, marica. De pronto pasó algo inesperado, quizá de manera subconsciente o por alguna razón, cuando tenía una verga adentro yo empecé a empujar hacia mi violador, como deseando tenerla más y más adentro; ellos se dieron cuenta de eso y lo celebraron más aún “¡la puta lo está empezando a gozar…! ¡Te dije que era una verdadera perra!” Entonces hice algo más, levanté mi rostro, pasé mi lengua sobre mis labios, los miré a todos, y abrí mi boca por completo… básicamente diciéndoles “ahora violen mi boca y garganta” Todos ellos festejaron con aplausos “¡la puta quiere tragar leche!” Entonces los que ya tenían las bolas llenas de esperma se apresuraron a ponerse delante mío, con sus vergas bien duras y apuntando a mi boca. …Mientras alguien cogía mi culo, otros empezaron a meter sus mazos en mi boca; cada uno cogía mi cabeza y me obligaba a tragarme su ...