Vacaciones fogosas
Fecha: 03/10/2017,
Categorías:
Primera Vez
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... una pava, y la tía me manoseaba las tetas diciéndome: ¡vos no te das una idea de lo putitas que fuimos con tu mami! Cuando Pedro acabó al fin, regándole las piernas a Diana por completo además de dejarle tazones de leche en la conchita, la tumbó sobre la cama y me pidió que me la tome de su cuerpo. Sentí crujir mi estómago unos segundos, pero apenas percibí el olor a semen en sus muslos me agaché para juntar cada gotita con mi lengua. Pero el tío fue más ambicioso, y me exigió que también la beba de su concha, mientras se pajeaba contra mi cola. Apenas mi nariz se impregnó del aroma de Diana y mi lengua atravesó sus labios vaginales, no solo atesoré una cantidad inédita de lechita en mi paladar, sino que también me enamoré de sus jugos libidinosos que pedían mucho sexo. Enseguida Pedro me acostó cara al cielo, le ordenó a Diana que se siente en mi pecho, y mientras mi boca se inspiraba cada vez más en chuparle la conchita y el culo a mi hermana, Pedro se devoraba mi clítoris a placer, cosa que no era tan sencilla por lo grueso de mis labios vaginales. Hasta que no lo resistió y se me montó encima para calzar su estaca de carne en la entrada de mi cueva, después de sacarme la bombacha y arrojársela a la tía. Al principio casi ni se movía. Solo disfrutaba de las primeras contracciones de mis músculos en su cabecita. Pero a medida que mi lengua hacía que Diana gima como una condenada, el tío comenzaba a penetrarme cada vez más fuerte, haciendo revotar sus bolas en mi culo, ...
... arañándole las gomas a Diana y desgarrando mis entrañas cada vez que la dejaba quietita unos segundos para darme con todo. Cuando oí a Norma decir: ¡olé Paula, tu hermana sí que tiene olor a concha, y abrí las piernas, no me la hagas más difícil chiquilina!, tuve un orgasmo que me obligó a morderle la fresa a Diana, porque además lo vi todo claramente. La tía Norma le hacía oler mi calzón a Paula mientras se desayunaba sus tetas y su barriga a chupones, intentaba abrirle las piernas a la fuerza y le pedía que le pegue en el culo y le daba besos muy profundos en la boca. Paula correspondía todo entre gemidos de asombro y señales de no saber cómo actuar. Hasta que Pedro nos puso a Diana y a mí arrodilladas en el suelo contra la cama, nos hizo comerle la verga asfixiando a Diana con su bóxer y, en cuanto las dos nos repartíamos su semen espeso tranzándonos como babosas empedernidas, él se fue donde la tía recostaba a Paula y la obligó a limpiarle la pija con la boca. Enseguida nos asomamos a ver mejor, y Pedro no tardó en fregar su rostro perverso en la conchita de Paula, murmurando por lo bajo, o solo para que lo oiga la tía: ¡esta guacha se mea porque todavía es virgen… es muy rico su aroma a hembrita pura! La tía entonces sentenció: ¡vamos, todos a chuparle la conchita a esta muñeca de porcelana! Y fue indescriptible todo lo que siguió. Mi lengua rozándose con la de Diana, Pedro y Norma por el culo y la vagina de Paula, ríos de nuestra saliva alborotada por su piel, besos ...