Cogido por primera vez
Fecha: 07/08/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: albertoflorida, Fuente: RelatosEróticos
... dedo que presionaba sobre mi ano y lentamente lo sentí entrar en mí. Empecé a llorar por la humillación pero eso no detuvo a Manuel en lo más mínimo. Tras entrar y salir de mi culo volvió a la carga con dos dedos, esta vez con alguna crema o algo por el estilo, lo que facilitó la entrada. Igualmente sus dedos eran grandes y mi culito virgen los sentía, me quejaba del dolor en voz baja, por miedo a Manuel. Él lanzaba cada tanto algún comentario: -Así, qué bien. Ahí, ahí, que lindo culito-. Mi humillación continuó durante unos 15 minutos en los que hasta 4 dedos de Manuel estuvieron simultáneamente en mi culo. Entonces sentí como me soltaba y exclamaba:-Ya está, ya está…- De reojo mi como volvía a agarrarse la pija y se pajeaba, iluso, pensé que ya estaría por acabar al fin. Cerré los ojos esperando que todo terminara cuando sentí lo peor: Manuel volvía a correr mi tanga a un lado, con la otra mano abría mis nalgas y apoyaba la cabeza de su verga justo en mi ano: -No! Por favor…- Giré mi cabeza para rogarle que no me penetrara. -Shhh, tranquilo.- dijo él mientras se untaba la crema que había estado usando a lo largo de su pija. -No, no…- Traté de moverme pero Manuel me sujetó fuertemente con una mano en mi cadera y la otra sobre mi hombro. –Por favor, noohhhhahhhhh- Sentí como Manuel comenzó a avanzar. La crema hizo su trabajo y mi ano cedió. Ya había tenido dentro sus dedos pero no podía compararse con el tamaño de esa verga. Era más ancha, más dura y más larga. Y Manuel ...
... seguía presionando lenta pero firmemente, y yo sentía como me llenaba de una forma que nunca había sentido. -Ahhh, noooo, por…faaaavooor..ahhh.. Meeedueeleeeeaaaahhh- En lo que fue un minuto interminable Manuel me desvirgó hundiendo su verga hasta lo más profundo de mí. Sentía sus huevos apoyados casi sobre los míos a través de la tela de la tanga. Sentía el peso de Manuel apoyado en mi espalda y como me susurraba al oído: -Ya está, ya entro toda. Ahora te vas a acostumbrar, vas a ver…- Y sentía, sobre todo, la humillación. Por un momento tomé conciencia de como estaba: vestido con un corpiño, una tanga y unas medias de nylon, en cuatro con una pija clavada en el fondo de mi culo. Volví a llorar al tiempo que Manuel comenzaba a moverse. Lentamente se retiró un par de centímetros y lentamente los volvió a avanzar, retrocedía y avanzaba, retrocedía y avanzaba, lentamente. Mi ano ya no me dolía, se había acostumbrado al tamaño del invasor, ahora lo sentía dentro mío. Sentía el movimiento de mete y saca cada vez más largo y sentía como al avanzar me provocaba sensaciones extrañas. Era algo extraño que me recorría a cada lenta estocada y me llenaba de sensaciones que no podía procesar. Cuando me di cuenta mi pene estaba erecto y sobresalía apenas por encima de la tanga. No podía creerlo. Manuel seguía entrando y saliendo lentamente de mí, y mi cuerpo reaccionaba de esta forma. No podía creerlo, mis lágrimas aumentaron y comencé a temblar y sollozar de rabia. No podía estar disfrutando ...