Sandra y Marta (1). Primera experiencia.
Fecha: 07/08/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: roura92, Fuente: SexoSinTabues
... tener el culo rojo como un tomate? Marta se estremeció. Sí, ciertamente había tenido horas para pensar en los azotes que iba a recibir, pero curiosamente el tema del enrojecimiento no lo había pensado hasta aquel momento. —Sí, claro —dijo con una cierta voz de duda—, no será la primera vez, pero sí la primera que no me lo haya puesto rojo yo sola. —¿Quieres decir que alguna vez te has azotado a ti misma? —pregunto algo intrigada. —Pues sí, bastantes veces, me excita mucho. Y desde hace muchos años. —¿Y nunca te ha azotado otra persona? —Sí, también, unas pocas veces, pero no funcionó ninguna de ellas. Fracasos. Demasiado flojo que no me excitaba, o una conversación que me producía rechazo. Llegaron a la habitación. —Mira, a mí me encanta azotar, pero también hacerlo pasar bien a la pareja. Entiendo que no te gustó que te quisieran dominar. —Sí, es esto. A lo mejor soy demasiado sensible… —No, mujer, de sensibilidad nunca sobra. Te prometo que te voy a tratar con el máximo respeto, con cariño, y si lo quieres decir así, con amor. Pero te va a doler. Supongo que te das cuenta de que si no duele, el juego pierde interés. —Sí ¿pero como tienes pensado hacerlo? —Bien, te engañaría si te dijera que no lo he pensado, pero me gustaría hacerte algunas preguntas para saber lo que te puede gustar: ¿cuando te azotas tú, con qué lo haces? —Pues con una correa, una cuerdecita, a veces una regla… —¿Con la mano no? —No, con la mano me parece como hacerse cosquillas una misma: no funciona. ...
... —¿Y con un cepillo o una paleta? —Algo he probado, pero no es el tipo de dolor que me excita, prefiero el cinto… —Está bien, yo había pensado también en el cinto. Duele lo suficiente, las marcas, al menos tal como lo manejo yo no duran demasiado y permite variaciones. Por cierto, donde te has azotado. —Básicamente en el culo, pero también, con el cinto y la cuerdecita, en la espalda o en los muslos, —¿Estás excitada? ¿Quieres hacerlo ya? —Sí, me muero de ganas desde que lo hemos hablado a la hora de comer. —No voy a intentar dominarte, pero tendrías que seguir mis instrucciones. Si hay algo que no te gusta, me lo dices. No hace falta poner una palabra de seguridad, te voy a hacer caso. Ven aquí. Las dos estaban de pie en la habitación, Marta se acercó, y Sandra la abrazó. Se besaron, se apretujaron un ratito. —Venga —dijo Sandra separándose un poco—, te lo voy a hacer en la cama, me gusta que la persona que zurro se encuentre cómoda y relajada. Y lo haremos con mi cinturón, que por cierto casi seguro que te va a doler bastante más que cuando te lo haces tú. En el culo. Prefiero no hacer inventos la primera vez. Normalmente es el sitio más excitante. Y no te voy a decir cuanto durará, de hecho no lo sé, lo decidiré según tus reacciones. Si tienes ganas, llora, pero esto no me va a entenebrecer, la única manera de parar, es que me lo digas con palabras y entones hablaremos. Marta estaba, literalmente, temblando. Se iba a hacer realidad su fantasía número uno. Decidió «portarse ...