El despertar del mal.
Fecha: 03/09/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... apunto estaba de bajar su arco y aflojar la flecha que lo tensaba cuando de pronto sus oídos agudizaron ante el crujir de las ramas y el resonar de su aleteo que se perdía entre el susurro de los vientos y el canto de la noche. Nuevamente se sobresaltaba y súbitamente se volteaba ante aquellos bruscos y misteriosas risas que entre las sombras se mofaban, y no fue hasta la caída de una de aquellos delgados tallos, que de lo alto cayó y su camino detuvo antes de que el pudiese avanzar, cerca estuvo de caer sobre su cabeza fue en ese instante cuando entonces comprendió, elevó entonces la mirada y con su arco apuntó, más nada pudo encontrar, fue entonces cuando ella le nombró; ―!A vuestra espalda! -indicó ella, consiguiendo su cometido de llamar la atención del mercenario que no tuvo el tiempo indicado para haber hecho más que eso; Walter sólo pudo vislumbrar como una masa blanca que se lanzaba desde arriba contra él, así como el azote de sus plumas y el fuerte impacto que capaz fue empujarlo, haciéndolo perder el equilibrio en su postura, pues lo había tirado del caballo, mismo que espantado había relinchado y emprendido desesperado galope de las garras de aquella criatura. Y sin embargo, fueron aquellos tirones que de sus vestiduras lo jalaban, su abrigo rasgaron y sobre su cota se aferraron, apretando su brazo izquierdo y hombro derecho evitando de esa forma que el jinete tocase el suelo; ―Oh, que tierno que os molestéis tanto en buscarme, creedme que ahora de vos no me ...
... apartaré – se burlaba Asmos, al tiempo en que con sus alas emprendía nuevamente el vuelo y recobraba altura, mientras que con sus piernas, que más que pierna, sólo hasta la mitad del muslo eran de humano, pues eran patas, y más que pies o dedos, estos habían tomado la forma de las pezuñas de un aves, destacando aquellos largos dedos y afiladas garras propias de su raza. ― Fuisteis una interesante distracción, algo impresionante para un humano..- prosiguió. Y por más que el cazador forcejase o intentase liberarse de su agarre, Asmos simplemente lo elevaba por los aires, moviéndolo de un lado a otro, de vez en cuando bajaba su altura para que este chocase con las ramas de los árboles, en afán de causarle más daño aún. Aunque no por mucho tiempo, debido al tan insoportable que se había tornado aquella herida en su pierna derecha, su malestar e incomodidad eran notorios, no sólo por los quejidos o sus bufidos, sino en el afloje de sus prenzas, pues una apretaba más que la otra, oportunidad que Dark buscaba con desespero la forma de soltarse: ― Pero nada es eterno, cazador...-Comentaba la dama ―y es hora de que acabemos con esto -y súbitamente le soltó; Con alevosía y premeditación fue arrojado de los aires hacia su perdición, siendo golpeado nuevamente por las ramas que entre las copas de alzaban, encontrándose de espaldas contra los suelos, y a pesar de que la nieve ayudase al amortiguo de su caída, de la misma forma en que el enramado influyó en la disminución de la fuerza y ...