1. El despertar del mal.


    Fecha: 03/09/2017, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... únicamente por su prevaleciente sentido del tacto, con fuerza apretaba los párpados, abriéndolo de vez en cuando uno, sólo para volver a repetir la misma acción que antes, bloqueando con sus brazos su campo de visión del cuchillo de su adversario que encima suyo se abalanzaba. Y por más ofuscada que estuviese, debido a los constantes zumbidos que por momentos retornaba a su lesionado canal auditivo, así como la temporal y parcial privación de tan preciado sentido, podía ser consciente de las débiles punzadas que intentaban atravesarla, pero que hasta ahora no habían podido llegar a su objetivo, debido a la armadura que bajo la ropa portaba, al mismo tiempo en que se esforzaba por recuperarse de dichos golpes; Pudo escuchas los suaves, pero prolongados sonidos del jalar de sus ropas, así como los escalofríos que poco a poco se apoderaban de su cuerpo luego del despojo de su abrigo y la ruptura de su corpiño, dejando su pecho desnudo y expuesto al aire de la noche, así como el peso de las callosas y heladas manos del cazador deslizarse por su torso, apretaba con ligereza uno de ellos; ―¡Sucio e inmundo verriondo! – y en sus adentros lo maldijo. Al sentir el fugaz roce de uno de sus dedos con su pezón que sus obres entonces se abrieron, y sus rencores se avivaron en el más fiero de los rugidos, y fue entonces cuando al mal despertó.. Y por un momento pareció que él tiempo mismo se hubiese detenido, y la luna desaparecido del firmamento, oculta tras las espesura de la niebla ...
    ... invernal. Una inmensa pesadumbre se hizo presente, y el peligro entonces se apoderó de la espalda de aquél al que llamaban Dark ante la pesada aura de ira y maldad que repentinamente emanaba con más fuerza de su presa, y aunque no le fuera visible aquella maldita presencia que a ambos consumía; ―¡Soltadme! - ordenó ella. Y sin embargo sus verdosas pupilas contrajo, y única respuesta que le fue permitida, pues ni siquiera alcanzó a respirar, ni siquiera reconocer pudo el qué o cómo lo había golpeado, siendo empujado a un lado, quitado de encima, ante tan brusco azote contra el suelo. Siendo consiente en todo momento de tremendo manotazo a la cara, así como el profundo desgarre del lado izquierdo de su rostro que tan profundo bramido hizo evocar de su garganta. ―¡¡¿Cómo osáis hacer eso?!! – vociferaba, enfurecida. Su era gruesa, áspera y desafiante, era seca y con cierto tono gutural, sin embargo no menos femenina, pues se trataba de una mujer demonio. No le sorprendía en absoluto el impetuoso dúplice de sus fuerzas, ni tampoco el ligero ensanchamiento de sus hombros y el alargamiento de sus miembros. Por el suelo se arrastraba y con fiera vehemencia se abalanzaba contra su enemigo, al tiempo en que este herido y en el suelo tendido yacía el, apoyándose con su diestra para conseguir levantarse, mientras que con su zurda se cubría la mejilla, en un instintivo e inútil intento por detener el sangrado de su herida, observando con peculiar asombro, al tiempo que hacia atrás se ...
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