El despertar del mal.
Fecha: 03/09/2017,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... arrastraba como el bello rostro de la joven era invadido por pequeñas escamas blancas, similares en demasía a los de un reptil; En el área de la frente, a los extremos de ambos pómulos y poco a poco se extendían hacia las cienes. Pudo notar como por causa de la apertura de su armadura, esta colgaba del hombro derecho de la dama, mostrando la continuación de aquellas diminutas escamas que resbalaban por encima de la aún más palidecida piel de sus hombros y proseguían hasta donde las plumas que poco a poco cubrían aquellos firmes y corpulentos brazos, que más que brazos le parecieron como las alas de un halcón. ―Una arpía...-dijo Walter para sus propios adentros. ―¿Qué os ocurre, amado mío? ¿A caso no creéis que luzco hermosa así? -Hablaba así el demonio, más era la profunda vesania, en la insaciable sed lo que era reflejado en los tintes violáceos que dieron a sus ojos el color de las amatistas y eran aquellos largos y rubios cabellos que gradualmente eran decolorados. No fue aquella atemorizante criatura lo que en un instante lo que en un principio lo que le había tomado tan desprevenido, ni tampoco su efusiva cólera lo que lo había hecho temer, sino la singularidad que para el representó su presencia; Usualmente el plumaje de las arpías, así como el color de sus cabellos era obscuro o pinto, pocas veces claro o rubio, sin embargo esta era totalmente blanca; ¡Blanca como la nieve! ¡Blanca como el brillo lunar!, y blanca era como las garras de la muerte, como los cráneos de ...
... sus propios huesos, y era bella; ―¡¿A qué le teméis, cazador?! -inquirió la criatura, y no era más que el sarcasmo en la demencia de sus gestos. Y para su suerte o infortunio, no tuvo más tiempo de admirar tan cruel y hermosa forma demoniaca, pues agiles eran sus movimientos; con sus brazos su cuerpo cargaba, mientras que con sus miembros traseros cobraba impulso para seguirle, al tiempo que este retrocedía. Su espalda entonces fue arqueada; Y era la ira, así como cierta gallardía y la suma arrogancia resplandecientes en el fuego de su mirar, mismo que seguía con especial atención, tal y como un felino asechaba a su presa. Y sin embargo cuando a punto estuvo, luego de cobrar impulso para lanzarse sobre el mercenario, Dark había tomado ya previa distancia de la criatura, con temor hacia atrás se había arrastrado, llegando a poco de rozar las paredes del prolongado callejón, y una pierna extendió. Dirigida a la mandíbula del demonio, quien instintivamente reusó, dándole aquellos vitales segundos que no dudó en aprovechar en recuperar a su preciada Ëire, situada un poco más a su derecha. Y a pesar de sus penurias, con apuro y sufrimiento hacía intentos por nuevamente reincorporarse luego de aquél golpe, con la diestra empuñaba su espada, mientras que con la zurda hacía esfuerzos por apoyarse contra el muro del callejón que a su espalda se situaba, y no fue más que el punzante dolor en su articulación a causa del impacto cuando trató en ella de recargarse que por su causa vaciló, ...