La Esposa de mi Primo (2)
Fecha: 04/10/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... fluía de su vagina. Llegó la hora de retirarme y al despedirme de ellos Lupita me besó en la mejilla y susurró en mi oído que me esperaba a las nueve de la noche para que le diera una buena cogida. Por fin llegó la hora convenida y llegué a casa de mi primo un tanto temeroso y muy nervioso, Lupita abrió la puerta dejándome con la boca abierta, lucia un vestido largo hasta los tobillos en color blanco totalmente transparente, abajo una tanga negra de malla (red) y sobre unas zapatillas de plástico transparente sujetas con unas tiras que daban varias vueltas en sus los tobillos. El recibimiento fue magnifico, en cuanto cerró la puerta tras de mí, Guadalupe me abrazó por el cuello besándome en la boca e introduciendo su lengua entre mis labios, mis manos instintivamente bajaron por su talle posesionándose de sus soberbias nalgotas ante la complacencia de la esposa de mi primo que repegaba su pelvis contra el bulto que hacia mi erección, luego del besuqueo inicial nos fuimos a la sala en donde ya había una botella de licor y unos cigarrillos de yerba, ella se sentó en mis piernas y tomando un cigarrillo de droga lo encendió, compartiéndome el humo del mismo directamente de su boca a la mía mientras mis manos inquietas masajeaban sus senos por encima del transparente vestido. Una vez que apagó el cigarrillo Lupita se levantó para preparar unos tragos de licor, pero antes modeló su vestido para mí durante algunos minutos con movimientos especialmente cachondos y acariciándose el ...
... cuerpo con lujuria, yo estaba ya tan caliente que me paré tras de ella repegandole mi miembro en sus ricas nalgotas, una mano en sus chiches y la otra en su pubis, ella servia los tragos mientras movía su cadera en círculos liberando pequeños gemidos que me indicaban que le estaba gustando, Guadalupe dio media vuelta y prendió sus labios contra los míos al tiempo que me pedía que le acariciara las nalgas y con una de sus manos sobaba mi pene y brindamos por aquella incandescente relación que habíamos iniciado. Volvió a sentarse en mis piernas luego de haberse levantado el vestido hasta la cintura por lo que podía acariciar sus firmes muslos y su panocha por encima de las pantaletitas, ella con los ojos entrecerrados me musitaba que le frotara el clítoris, así que hice a un lado la tanga e introduje el dedo medio entre sus labios vaginales masajeando su clítoris, se notaba sumamente caliente y su raja sexual emanaba gran cantidad de fluido empapando la tanguita. A petición expresa de ella le baje la tanga a medio muslo posesionandome de su panocha y dedeando su vagina hasta empapar mi mano, luego liberé sus senos del vestido para chupárselos metiéndolos lo mas que podía en mi boca, luego de unos minutos se levantó y se quito el vestido conservando las pantaletitas a mitad de muslo procediendo a exhibirme su adorable cuerpo, se abría las nalgas para mostrarme su lindo culito tocándoselo ella misma así como sus labios vaginales para que pudiera verle la entrada de la vagina y su ...