1. Mis planes y mis empleadas


    Fecha: 08/08/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... edad, había decidido no casarme por convicción de que jamás sería una buena pareja para una mujer. Tenía mis amiguetes, mi gimnasio, mis fines de semana viajando y mi negocio que marchaba a las mil maravillas. De vez en cuando un ligue que otro, mis cigarrotes de marihuana, vamos que no una vida, mejor aquello era un vidón. En el tema sexual siempre había sido algo fantasías y tenía alguna que no renunciaba a convertir en realidad. Una de ellas estaba relacionada con mi negocio y mis empleadas que últimamente no me salía de la cabeza. Se trataba de someter a mis caprichos sexuales a aquellas jovencitas pero por supuesto sin poner en peligro ni el negocio ni a mi, claro está, pues si algo tenía claro era que mi pene no se iba a nombrar en dirigente de mi vida y menos aun echar por tierra mi vidón. Un día en mi despacho empecé a idear como conseguir lo que quería. Mis empleados siempre cobraban un poco más que los iguales del sector para evitar así tentaciones d la competencia, pero aun así las dependientas tenían un convenio bajo que superaba en poco los 600,00 €. Yo les pagaba 700,00 €. Empecé pensar que ese era un punto vital, chicas jóvenes, les gusta salir, comprar ropa de marca y por lo tanto el poder ganar más dinero era un gancho para conseguir mis metas. Después empecé a pensar cual sería la elegida, ahí había varios factores a valorar. Todas ellas me atraían, eso no me iba a ayudar a decidir, la más morbosa era María, pero tanta educación me daba la impresión que me ...
    ... iba a costar convencerla, era recta, siempre correcta, no se. Ana, era la más fácil de encarar siempre con bromas, fácil sacar el tema y dejarlo caer. Lídia, era la más joven y tímida, se morirá de verguenza, roja como un tomate e igual sale corriendo. No lo tenía nada claro, aunque evidentemente Ana parecía la más apropiada para empezar. Así lo decidí, cuando llego final de mes y les pagaba en mi despacho, le dije a Ana que al acabar viniera a hablar un minuto conmigo: Llegó la hora, yo estaba excitadísimo, tocaron a la puerta, y yo dije: Ana se sentó en la silla enfrente a mi, estaba con su traje negro que era el uniforme de la tienda. Yo no cabía dentro de mi. Ana seguía igual que había llegado, no imaginaba para nada lo que le iba a decir, con su sonrisa de siempre como si aquí no pasara nada. Ana quedó mirando y callada, la respuesta era obvia. No me anduve con rodeos Ana quedó callada, sin sonrisa en la cara y mirándome. Me adelante a hablar y le dije: Ana se levanto y se fue. Yo suspiré y dije, jodeeer!, estaba un poco nervioso Al día siguiente llegue como si nada pasara y me pasé casi todo el día en el despacho, tarde un par de días en hablar con Ana para que el asunto se enfriara. Cuando lo hice aparentemente todo parecía normal. Ana se comportaba como siempre. Pasó el tiempo y yo casi ya tenía olvidado el tema cuando, sorpresa!!!!, estoy en mi despacho y llaman a la puerta: Yo me di perfectamente cuenta, pero me hice el loco. No dijo nada, dio la vuelta y salió del ...
«1234...8»