Historia del Chip 014 - Postura altiva - Irma 003
Fecha: 09/08/2018,
Categorías:
Grandes Relatos,
Lesbianas
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... a ser tocada entre tus piernas? No habrá vuelta atrás. Nunca volverás a pensar en ello, a desearlo o a imaginarlo— preguntó Galatea, mirando los pechos siempre arrogantes de su amiga. —Sí, estoy segura— contestó con seguridad Irma, denotando aplomo con el tono que usó. —Bien. Una vez resuelta esa cuestión, dediquémonos a cuestiones prácticas. Vamos a ir a un motel. A hacer el amor. A disfrutar plenamente de tu cuerpo. Me otorgarás todo el placer que desee. Hoy y siempre desde ahora— insistió Galatea con la mirada recorriendo todo el cuerpo desnudo de Irma. —Sí, te otorgaré todo el placer que desees. Sin contrapartidas o exigencias por mi parte— afirmó Irma. Había estado mucho tiempo meditando sobre esas palabras. Irma esperaba que las manos se acercasen a los pechos, pero fueron a su espalda y se deslizaron hasta apretar las nalgas y comprobar su firmeza, evaluando la redondez y las formas. Faltas de costumbre, las manos firmemente ancladas a la nuca estuvieron a punto de separarse del cuello. No solía tocarla tan abajo. —¿Has movido las manos? — preguntó Galatea. Irma afirmó levemente con la cabeza mientras notaba un pellizco en la nalga izquierda justo en su centro. —No te castigaré esta vez por tu sinceridad, pero debemos mejorar hasta que ese tipo de pensamientos desaparezca— dijo Galatea mientras desde atrás levantaba los pechos de su esclava. Irma no se movió. Era una demostración de lo que debían conseguir para el resto del cuerpo. Se oyó el chasquido. Irma bajó los ...
... brazos. Queriendo comprobar la disposición de su amante, Galatea acarició un pecho. Irma, sin dudas, se colocó en la postura con los codos atrás y los ojos cerrados. Le costó mover los brazos hacia arriba. Había estado tanto tiempo en la posición que se relajó de cansancio. Ahora notaba que no aguantaría mucho. Galatea notó los temblores y dio otro chasquido. —Vamos a mi habitación a buscar algo de ropa. Salgamos por ahí. Irma acompañó a Galatea, vestida únicamente en su cordel. Cogidas de la mano. Una chica desnuda y otra vestida. Existía cierto peligro si los padres de Galatea estaban en casa. Irma no lo sabía. El frescor y la excitación endurecieron más, si cabe, los pezones de Irma. Al llegar a la casa, --había unos trescientos metros desde el cobertizo-, Galatea se llevó el dedo índice a los labios para indicarle que no hablase. Le apretó el culo como señal de aprobación. Sin incidencias, llegaron a la habitación. Había dos vestidos preparados. El negro era evidentemente para Irma. Corto y sexy. Cuando observó que Galatea lo cogía, Irma cerró los ojos y se preparó para que le fuera colocado. Esperó con los ojos cerrados. Galatea le puso también unos tacones. Y un collar. Cuando oyó el chasquido y abrió los ojos, su ama llevaba un vestido rojo con una raja al lado derecho. Por lo demás era un vestido formal. Sugerente. Se miró en el espejo. El suyo era ajustado. Tan ajustado que los pechos quedaban enmarcados sin posibilidad de ser disimulados. Las piernas se mostraban ...