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Veronica
Fecha: 12/08/2018, Categorías: Voyerismo Autor: trikitrake, Fuente: xHamster
... nalgas, esta vez para mostrar el esplendor de su intimidad completamente desnuda para aquel andrajoso afortunado.El vago se saco la verga y empezó acorrerse la paja desesperado por el espectáculo. Se inclinaba de un lado a otro para no perder detalle de las formas de mi mujer.―Se saco la verga puta, saco su mugrienta verga para correrse una paja mirandote el culo y la concha de perra que tienes―le dije a ella mientras le mostraba al vago como le apretaba, golpeaba y abría sus nalgas.―Déjalo entrar―dijo de pronto, con sus labios apoyados en mi tranca palpitante―deja que entre y me tome.....uuuuyyy―su lengua recorrió mis bolas― quiero que me lo metan....no importa que sea un sucio vago..... deja que me goce.... uuuuyyyyy....deja que me folle.....déjame chuparsela.....y beber toda su leche... aaaahhhhhh....deja que me chupe las tetas..... ¡deja que me perfore el culo!―me pedía la muy perra.Si la puta lo quería se lo iba a dar, pensé desquiciadamente. Desde el comando eléctrico de mi puerta baje el vidrio que mantenia alejado al pobre desgraciado. Las manos del vago entraron como bólidos a atrapar el culo de mi mujer. Verónica se estremeció al sentir las manos del extraño; miro hacia atrás y al ver a aquel inmundo magreando sus nalgas trato de apartarse.―No Daniel.... ¡por favor!.... no dejes que me lastime―me dijo con mirada suplicante mientras yo retenía su cabeza contra mis piernas para que conservara su culo en pompas. Ella había creído que lo del vago era mentira, o por ...
... lo menos había pensado que yo nunca lo dejaría tocarla siquiera; pero ese ya no era yo, ni Verónica era ella misma, porque pudo haberse liberado, pudo hacer mucha mas fuerza de la que hizo para huir de las manos de aquel tipo; pero no, su cuerpo ardiente contradecia sus peticiones lastimeras.―Que culazo puta―dijo el vago con voz carrasposa―y que piernas―las manos de aquel mugroso recorrían las piernas y el culo de mi esposa; esas manos sucias y negras contrastaban con la piel ligeramente bronceada de mi mujer. El tipo metió su cabeza al auto para chupar entre las piernas de Verónica; podía ver su lengua cuando salía por entre las redondas nalgas a su merced.Las peticiones de Verónica fueron cambiando de palabras lastimeras a balbuceos excitados. El movimiento de su cuerpo empezó a seguir los mete y saca de los dedos que invadieron su concha. Su culo salía en busca de la lengua y de los dedos de aquel miserable vago; mi mujer no tardo en volver a mamarmela como una bestia.Quede mudo, la mamada y el espectáculo eran demasiado para mí. Aquel vago manoseaba y abría a mi esposa como quería y esta lo disfrutaba como una loca; como una vil perra. Incluso cuando ese mugriento le metió un dedo en su apretado ano no protesto; al contrario, ella se movía para no dejarlo escapar, hambrienta como una tigresa. Mientras el andrajoso ese le metía un dedo en el culo, con la otra mano le pegaba fuertes nalgadas a mi mujer, como si tratara de apartar una bestia de su alimento, pero ella no lo ...