Continuación aventura en el AVE
Fecha: 13/08/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: morboso1957, Fuente: CuentoRelatos
Llegamos a Atocha y en un taxi nos dirigimos a casa de Pilar muy cerca del Santiago Bernabéu. Nos bajamos y entramos en su portal, nos subimos en el ascensor y nada más cerrar la puerta empezamos a comernos la boca con desesperación mientras yo metiendo una mano por debajo de su falda empecé a acariciarle el culo, apretándola contra mí, hasta que el ascensor paró y saliendo del mismo entramos en su casa. Dejamos las maletas y volvimos a abrazarnos, besarnos y meternos mano, hasta que Pilar dijo que le gustaría darse un baño antes de continuar. Me coge de la mano y me arrastra con ella hasta el baño. Allí me sorprendo con un baño de unos 25 m2 y un jacuzzi impresionante lleno de agua. Empezó a desnudarse poco a poco y, sin dejar de mirarnos a los ojos, empecé a hacer lo mismo hasta que los dos nos quedamos completamente desnudos. Se giró dándome la espalda y se quedó frente al espejo acariciándose los pechos cuyos pezones se veían erectos y amenazantes. Yo la abracé desde atrás poniendo mi pene justo entre sus nalgas. Acariciaba sus pechos y besaba su espalda y cuello. Me sorprendo cuando veo que echa su culo hacia atrás y la observo lavándose los dientes completamente inclinada hacia el lavabo. Dudo entre seguir o esperarme cuando ella con la boca llena de pasta de dientes me dice que no pare. Llevo mi mano a su vagina y la encuentro totalmente empapada, por lo que sin dudarlo la penetré. De la sorpresa dio una bocanada, cayendo la pasta de dientes dentro del lavabo. Empecé ...
... a moverme suavemente, dándole tiempo para que se enjuagara. Nada más terminar, me dijo que le diera fuerte y rápido. Así lo hice mientras tiraba de su pelo hacia atrás, haciéndole levantar la cabeza y luego girarla cuando me acerqué, lamiendo su cuello, hasta encontrar su boca que literalmente devoré con ansias, pero sin dejar de penetrarla una y otra vez, oyéndola jadear y pidiendo que acelerara más mis penetraciones, y azotara sus nalgas porque estaba a punto. Joder con esta mujer, que facilidad tenía para correrse. Aumento el ritmo golpeando con mi pubis y mis manos sus nalgas. Ella lleva una mano a mi culo y clavándome las uñas se corre dando los gritos que no pudo dar en el tren, llenando mis piernas y las suyas de fluidos. Nunca había visto correrse de esa manera a ninguna mujer. Como quedaba mucha noche, no quise seguir para correrme yo y le propuse entrar en el jacuzzi. Sentándose entre mis piernas, apoyó su espalda en mi pecho y me pidió que no parara de acariciarla. Mis manos no paraban de ir de un rincón a otro de su cuerpo, pero lo que más me encendía y a ella también era su cuello, que no pudiéndome resistir no solo lamia y besaba sino que también llegué a morderle, tirando con fuerza de su pelo para lograr que inclinara más el cuello. Cuanto más tiraba y más fuerte mordía, ella más fuerte chillaba y más me incitaba a forzar inclinar su cabeza. Llevé una mano a su vagina, volví a acariciársela y cuando empecé a hacerlo con su clítoris, volvió a correrse una vez ...